Archivo por meses: noviembre 2015

Fe, gratitud y alabanza. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 17, 11-19

EVANGELIO
¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 11-19
En aquel tiempo, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
-«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo:
-«ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos, y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo:
-«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo:
-«Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»

Palabra del Señor.

Fe, gratitud y alabanza.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Los leprosos actúan de manera diferente ante la curación de Jesús. Nueve se conforman con quedar limpios de su problema de salud, y sólo uno de ellos da muestras de buscar una sanación espiritual.

Éste último, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús dándole gracias. “Volvió” significa arrepentimiento, “gran voz” significa gozo y testificar, “y se postró de rodillas a sus pies, dándole gracias”. Jesús le dice “tu fe te ha salvado”, los otros nueve leprosos sólo quedaron limpios de su enfermedad.
La diferencia entre los que viven considerando todo como un don de Dios y lo que no, es que los primeros están siempre alabando a Dios por todo y los segundos andan siempre quejándose. A los primeros les salva su fe, a los segundos no.
A los esposos, Dios nos llama a presentamos ante el sacerdote para casarnos. Pero ¿Cuántos de esos matrimonios acudimos después al Señor para agradecerle nuestro Sacramento y postrarnos ante Él alabándole y ofreciéndole nuestro servicio como esposos? Y quizás en algún momento hemos acudido a Él también por problemas de salud, pero no estamos salvados.

Oramos:

Te pedimos, Señor, que aprendamos a ver en todo un don Tuyo, en especial, en nuestro matrimonio. Que volvamos a ti como el leproso salvado, llenos de gozo como esposos testigos vivos de tu Gracia. Deseamos mostrar Tu gloria, Señor. Tu gloria es nuestra alegría. Sólo Tu imagen ilumina el mundo y estamos llamados a mostrarla en nosotros. Bendito seas por siempre.

La familia nos libera. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 17, 7-10

EVANGELIO
Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 7-10
En aquel tiempo, dijo el Señor:
-«Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: «En seguida, ven y ponte a la mesa»?
¿No le diréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú»?
¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer. »

Palabra del Señor.

La familia nos libera.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

El Evangelio de hoy trata el tema de nuestra actitud ante el servicio. Es un tema clave, puesto que solamente el servicio, nos permite liberarnos de nosotros mismos.

Por otro lado está el tema del “merecimiento”. El vanidoso se atribuye éxitos a sí mismo, que le corresponden a Dios. Todo lo hemos recibido del Padre, el dador de todo. Sin Dios no podemos hacer nada. Por tanto, la gloria es de Dios, y nosotros nos limitamos a comunicarla.

El esposo orgulloso, vive creyendo no necesitar a Dios Todopoderoso, y vive también creyendo no necesitar los dones que Dios le ha dado, uno de los principales, su matrimonio y su esposo. Es una especie de desprecio a Dios y a quien Dios ha puesto a mi lado para mi purificación y crecimiento.
Del conjunto de las dos ideas, servicio y merecimiento, obtenemos un hermoso camino natural hacia Dios, que es la familia. La familia es un lugar para el servicio gratuito. En ningún otro sitio se puede vivir esta experiencia de una forma tan natural y genuina.
Como decía San Juan Pablo II: La familia es «base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida».
La familia es un don de Dios para poder liberarnos de nosotros mismos y poder ser Sus siervos, es el lugar donde hacemos lo que teníamos que hacer, sin más. Esta relación ha sido creada a imagen de la relación con Dios Padre, al que servimos como Padre, porque es lo natural.
Oramos:
Padre, qué hermosa creación es la familia. Cuánto te debemos por darnos una y cuánto nos llena. Llegar al hogar, la convivencia, compartir nuestras cosas, en ese ambiente de confianza incomparable, y sobre todo, ese sito donde poder darnos, servirnos unos a otros como algo natural, sencillo, agradable a Ti. Te damos gracias Señor, por hacernos testigos de Tu amor en la comunión familiar. Nos encomendamos a San Juan Pablo II con aquella propuesta que esperamos poder ofrecerte hoy, Señor: “Familia, sé lo que eres”. Que realmente lo seamos.

Un templo sagrado en casa. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 2, 13-22

EVANGELIO
Hablaba del templo de su cuerpo

Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-22
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
-«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
-«¿Qué signos nos muestras para obrar así?»
Jesús contestó:
-«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.»
Los judíos replicaron:
-«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Palabra del Señor.

Un templo sagrado en casa.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?

Sí, lo sabemos. Sabemos que nuestro esposo es templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en él/ella.
Todo un Dios, para amarme a través de un cuerpo que me expresa y se entrega con su manos, su mirada… y espera ser amado por mí.

Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros. Si destruyo a mi esposo, a mí me destruyo.

Señor, coge un látigo y echa de mi corazón todo orgullo, todo lo que hace que no trate a mi esposo como lo que es, SAGRADO, templo en el que resides. Haz conmigo lo que tengas que hacer para que lo comprenda. Que el celo de tu casa, me devore. Que defienda el respeto al templo que es mi esposo con la misma severidad que lo hiciste Tú.

Quiero quitar de mi corazón todo lo que convierte a mi esposo en un mercado: Un amor que pide una paga a cambio, no es amor, es mercadeo.

Oramos:
Sé que Tú puedes levantar un templo en tres días. Lo hiciste con Tu cuerpo después de morir en la Cruz. Sigue ayudándonos a levantar el nuestro, que muchas veces no le damos el valor y el respeto que merece. No participamos de Tu mirada de Salvador. Sigue trabajándonos, Señor, ya construimos sobre roca, pero ayúdanos a ser dóciles y perseverar hasta el final.

Alabado seas por morir en la Cruz por nosotros, por redimir nuestro matrimonio y nuestra familia, por enviarnos el Espíritu Santo que nos une en uno sólo.
En Ti confiamos.

Ni mucho ni poco, todo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 12, 38-44

EVANGELIO
Esa pobre viuda ha echado más que nadie

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo:
_ «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.»
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo:
«Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

Palabra del Señor.

Ni mucho ni poco, todo.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Hoy, a propósito del camino de humildad que propone el Evangelio, incorporamos una meditación del Papa Francisco

Ese es el camino de Jesucristo, el abajamiento, la humildad, también la humillación. Si un pensamiento, si un deseo te lleva sobre ese camino de humildad, de abajamiento, de servicio a los demás, es de Jesús. Pero si te lleva sobre el camino de la suficiencia, de la vanidad, del orgullo, sobre el camino de un pensamiento abstracto, no es de Jesús. Pensemos en las tentaciones de Jesús en el desierto: las tres propuestas que hace el demonio a Jesús son propuestas que querían alejarlo de este camino, el camino del servicio, de la humildad, la humillación, la caridad. Pero la caridad hecha con su vida. A las tres tentaciones Jesús dice no: «No, este no es mi camino». ¿Yo pongo a prueba lo que pienso, lo que quiero, lo que deseo, o lo tomo todo? (Cf. S.S. Francisco, 7 de enero de 2014, homilía en Santa Marta).
El matrimonio en el que los esposos se dan el uno al otro todo lo que tienen, sea mucho o poco, esos siguen a Cristo. Nos fijamos mucho en lo que da uno y lo que da el otro, nos medimos y pedimos que se nos valore… mal camino. Seguramente el rico, saldría orgulloso de lo que daba y sin embargo, a cualquiera que viera a la anciana le parecería que es era una miserable por dar solo dos reales. En mi matrimonio es habitual que uno se sienta orgulloso de lo que da y juzgue al esposo porque cree que da poco.

Toda tu fe, toda tu formación y toda tu relación con la Iglesia te ayuda a amar más a tu esposo, a darle más de ti mismo, dispuesto a dar todo lo que queda de ti como individuo para formar una sola carne con él o ella. Te debe ayudar a renunciar hasta a tu imagen, con tal de ser un buen esposo.

Da como lo que tienes, no importa si es mucho o poco, lo que importa es que se lo entregues todo a tu esposo. Habrás dado más que nadie. Este es nuestro camino hacia Dios, nuestro camino de santidad. Como decía Madre Teresa de Calcuta, dar hasta que duela.

Oramos:
Padre, Tú imprimiste en nuestro cuerpo la posibilidad de ser imagen Tuya. Esa comunión que nos trasciende, nos eleva por encima del resto de la creación. Queremos entregarnos como Tú te entregas en la Trinidad, acoger ese don de ser uno, como Tú lo eres Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que no nos reservemos nada, porque Tú lo quieres hacer. Gracias Padre.

Lo injusto y lo de fiar. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 16, 9-15

EVANGELIO
Si no fuisteis a fiar en el vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras?

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 9-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
-«Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado.
Si no fuisteis de fiar en el injusto dinero, ¿quién os confiará lo que vale de veras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.»
Oyeron esto los fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él.
Jesús les dijo:
-«Vosotros presumís de observantes delante de la gente, pero Dios os conoce por dentro.
La arrogancia con los hombres Dios la detesta.»

Palabra del Señor.

Lo injusto y lo de fiar.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Del Evangelio de hoy, nos quedamos con dos consejos importantísimos de Jesús: “Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas” y “El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar”.

El primero de los consejos nos enseña que a pesar de “lo mal que está todo”, hay esperanza. Jesús nos invita a ganar amigos para Dios partiendo de lo injusto. Esto quiere decir, que de lo malo, del pecado de los otros, se pueden sacar bien, amigos para Dios. Así refuerza el Evangelio la idea de que todo lo es y tiene mi esposo, todo lo que Dios permite que haga, bueno y malo, es para un bien mayor. Son actitudes y situaciones que pueden acercarnos a Dios. Varios ejemplos: Si tu esposo es injusto contigo, da gracias a Dios, es bueno para crecer en humildad. Si tu esposo derrocha, da gracias a Dios, es bueno para el desprendimiento. Si comete torpezas y olvidos, es bueno para la paciencia. Si no hay quien lo entienda, es bueno para desarrollar la comprensión. Si te desespera, es bueno para buscar la paz en Dios. Si te es infiel, es bueno para entender lo que Dios “vive” cuando le somos infieles… Etc. Todas estas cosas son duras de experimentar, pero forman parte del plan de Dios para nuestra salvación. Son parte imprescindible de nuestro camino hacia Él, hacia la santidad.

El segundo, ser de fiar en lo menudo, es clave. Primero porque lo menudo se vive en el matrimonio y en la familia. Ahí se da la cotidianidad. Ser fieles a Dios en nuestra relación conyugal, nos garantiza de alguna forma que le seremos fieles en el resto de ámbitos de nuestra vida. Segundo porque ser de fiar significa generar confianza. Qué importante es la confianza en el matrimonio. No se trata de que como ya nos conocemos, no es necesario que nos esforcemos, ¡no!. Ante este tipo de confianza “da asco”, como dice el refrán. La verdadera confianza llega cuando nos fiamos el uno del otro y somos de fiar el uno para el otro. Para ayudarnos a conseguirlo, proponemos los siguientes ejercicios:

– Observar las buenas cualidades del esposo
– Contarnos nuestros secretos, nuestras intimidades y nuestros miedos. Para conseguir la confianza que buscamos tenemos que intentar que nos sintamos aceptados tal como somos, comprendidos (apoyados, acogidos con cariño), y sentirnos útiles o tomados en cuenta.
– Pedirnos ayuda y confiar en los consejos del otro. Dos prácticas muy buenas para generar confianza.
– Que cuando no tengamos dónde acudir, recurramos el uno al otro.
– En cualquier situación, demostrarnos que nos importamos el uno al otro.
– Decirnos cosas bonitas mirándonos a los ojos.

No podemos confiar en Dios si no confiamos el uno en el otro, puesto que fue Él quien nos creó como ayuda adecuada el uno del otro. Cuando somos fieles en lo pequeño, entre nosotros, Dios nos confiará lo grande.

Oramos con el salmo:
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.