La sanación, un proceso. Comentario para Matrimonios: Marcos 8, 22-26

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 8, 22-26

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida.
Y le trajeron a un ciego pidiéndole que lo tocase.
Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó:
«Ves algo?».
Levantando los ojos dijo:
«Veo hombres, me parecen árboles, pero andan».
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a casa diciéndole que no entrase en la aldea.

La sanación, un proceso.

Toda sanación tiene su proceso, y uno de los motivos fundamentales es la falta de fe. Betsaida era una localidad donde faltaba mucha fe. Ya lo dijo Jesús: Ay de ti Corazaín, ay de ti Betsaida…
Por la falta de fe de los aldeanos sacó Jesús al ciego del pueblo para hacer el milagro. Por la falta de fe de aquel hombre, no lo sanó a la primera, sino que le permitió ver algo para aumentarle la fe y cuando le aumentó la fe, ya pudo sanarle del todo.
Que la falta de fe en el Señor, no ralentice nuestro proceso de sanación.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Javi: Tengo un vicio instalado en mi corazón, y es la falta de paciencia.
Mare: Ya, Javi, dímelo a mí que la padezco cada día, porque mira que te cuesta soportar mis limitaciones… Pero tengo fe en que el Señor te sanará.
Javi: Ese es el problema, Mare, que me falta paciencia para esperar esa sanación.
Mare: Total, que es la pescadilla que se muerde la cola. Jajaja
Javi: Pues eso es lo que pasa.
Mare: No te preocupes, tú pídeselo con fe que ya le echaré yo la paciencia que te falta.
Javi: Jajaja. Vale.

Madre,

Qué poco pacientes somos en nuestro proceso de santificación. Danos la esperanza que necesitamos. Alabado sea nuestro Salvador.

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