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Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 17. 20-26
En aquel tiempo, Jesús bajó del monte con los Doce, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía:
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre.
Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».
Digan lo que digan.
Si seguimos al Señor, habrá cruz. En cuanto profundizamos, en cuanto entramos en la radicalidad del Evangelio, en cuanto proclamamos la cruz como camino necesario para alcanzar la salvación, en cuanto hablamos de desear la santidad… Ya empieza a haber gente alrededor que se rebota o que crítica o señala o difama…
Es el momento para alegrarme porque estoy por fin en el camino de la Verdad.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Montse: Hay gente que se revuelve contra el planteamiento de San Juan Pablo sobre la sexualidad en el matrimonio. Una pena porque se pierden lo más grande.
Vicente: ¡Y tanto! No han descubierto aun la dignidad tan enorme que Dios les ha dado y que eso nos obliga a abstenerse de determinados actos incluso dentro del matrimonio. Lo que no saben es lo que ganan al vivir la unión también de las almas y la efusión del Espíritu Santo que se produce.
Montse: Totalmente. Claro que nuestra dignidad exige un respeto por el que se busca la comunión y el placer siempre es una consecuencia, no un fin. Cuando no nos respetamos como templos del Espíritu Santo, luego lo pagamos en la convivencia matrimonial. El caso es que nos critican por anunciarlo así.
Vicente: Pues nada… Gloria a Dios.
Madre,
Damos gracias a Dios que nos muestra la verdad. Alabado sea por siempre.
El Matrimonio es el Milagro que Dios nos regala cada día.
A veces se reparten los panes y los peces,otras se transforma el agua en vino,otras cura a los enfermos y otras resucita a los muertos.
DIOS no sé equivoca.
Bienaventurados todos por la grandeza del Sacramento.
Asun de Michel.