Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17,7-10
En aquel tiempo, aquel tiempo, dijo el Señor:
«¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? ¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».
Servicio en lo oculto.
Gracias Señor porque, una vez más, nos pones en nuestro lugar y nos muestras el camino de la verdadera felicidad. Precisamente hoy se celebra la festividad de San Martín de Tours, a quien debemos seguir como ejemplo. Él se negó a participar en una última batalla en la que ganaría una distinción militar y un ascenso, pero en vez del reconocimiento y la gloria, decidió hacerse soldado de Cristo y dejar esos “honores” para el mundo. San Martín sabía qué era lo verdaderamente importante.
¿Cuántas veces nos creemos con derecho a recibir una recompensa por algo que hemos hecho o buscamos la gratificación por hacer lo que nos toca? Con este Evangelio, el Señor nos deja muy claro que hemos nacido para servir y no para ser reconocidos. Jesús mismo, siendo Dios, quiso predicar con su ejemplo y no son pocos los pasajes que encontramos en los que se abajó, se colocó el último, estando por debajo de todos. Así debemos hacer nosotros esposos, ser humildes sirviendo desde el silencio, en lo oculto, dando toda la gloria a Dios.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Javier: ¡Buenos días cariño! ¿Qué te ha parecido el café esta mañana? He probado una forma nueva de hacerlo.
Mercedes: Pues ahora que lo dices, ¡¡estaba buenísimo!! Lo siento mucho Javier porque, ahora que caigo, la mayoría de las veces no te agradezco todos los detalles de cariño que haces por mí y por nuestra familia.
Javier: Mejor así Mercedes, piensa que, si me felicitas por todo, mi vanagloria subirá por las nubes y prefiero que estas “recompensas” queden guardadas como tesoritos en el Cielo.
Mercedes: Pues debo decir que, a veces, a mí sí que me molesta un poquito que no se me reconozcan o se me recompense por algunas de las cosas que hago por ti o por los niños, llego incluso a enfadarme, pero al final el Señor me muestra que lo que hago es buscarme a mí misma y no servirle a Él, poniendo amor en esos pequeños actos del día a día, en lo oculto. Y, ¿sabes qué pasa cuando dejo de pensar en mí y ofrezco a Jesús ese pequeño servicio? Que me siento más unida a Él y me invade un gran sentimiento de alegría.
Javier: La verdad que sí… a mí me pasa igual. Cuánta diferencia hay entre hacer las cosas buscándonos a nosotros mismos o hacerlas buscando al Señor a través del esposo. No puedo parar de dar gracias al Señor por habernos mostrado nuevamente el camino hacia la verdadera felicidad.
Madre,
Ayúdanos a hacernos pequeños e inútiles para que brille el Señor en vez de nosotros.
¡Sea por siempre bendito el Señor!

