Archivo por meses: octubre 2025

Lo que es mejor. Comentario para matrimonios: Lc 11,27-28

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11,27-28

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Lo que es mejor.

Está muy bien hacer cosas buenas y decir cosas bonitas, pero hoy Jesús en el Evangelio apunta a que no nos quedemos en lo bueno, sino que busquemos lo mejor: escuchar la palabra de Dios y cumplirla. Y es precisamente a éstos, a los que escuchan la palabra y la cumplen, a los que Jesús llama bienaventurados. Como María, nuestra Madre, Ella es «la Bienaventurada», no solo porque llevó a Jesús en Su seno, sino muy especialmente porque escuchaba la Palabra de Dios y la cumplía.
Jesús nos vuelve a insistir hoy en la necesidad de escuchar la Palabra de Dios, imprescindible para conocer Su plan para nosotros. No hay otra forma. Si no dedicamos tiempo a estar con el Señor, acallando los ruidos del mundo y estando atentos a Su voz, buscando esa intimidad que Él quiere tener con cada uno de nosotros, y que se fragua en la oración, es imposible escucharle y conocer Su voluntad. Y para nosotros, esposos, nada mejor que la oración conyugal. Es nuestra herramienta para tener intimidad con Él y conocerLe, y la oportunidad de escuchar lo que Dios quiere para nuestro matrimonio. Pero no basta con escuchar Su Palabra, sino que luego hay que cumplirla, hay que llevarla a nuestra vida y ordenar todo lo que hagamos a Su voluntad. Por eso Jesús llama bienaventurados a los que –primero- escuchan la palabra de Dios, y –después- la cumplen. Esposos, este es nuestro camino para la buena ventura, es nuestra autopista a la felicidad, porque nuestro Padre del cielo sabe qué es lo mejor para nosotros, sus hijos.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Susana: Miguel, nos han invitado a una cena de gala en el casino el sábado de la semana que viene. ¡No sabes la ilusión que me hace!
Miguel: Susana, ¿no es el día que tenemos la reunión del grupo de matrimonios en la parroquia?
Susana: Sí, es verdad, no había caído en la coincidencia. Pero bueno, es una vez, no pasa nada porque faltemos un día.
Miguel: No sé. Tenemos un compromiso con la comunidad. Y además, nos está viniendo muy bien ir a las reuniones con el resto de matrimonios del grupo, nuestro matrimonio ha crecido mucho desde que vamos.
Susana: Ay, Miguel, por una vez que no vayamos… estoy soñando con ir a esa cena desde hace años, y ahora ha surgido la oportunidad.
Miguel: Susana, ¿qué te va a aportar eso? Mira, si te parece lo llevamos esta noche a la oración conyugal, y vemos lo que el Señor nos dice.
(aquella noche, en la oración conyugal…)
Susana: Jesús, en este Evangelio me dices que Tu Madre es bienaventurada por escuchar la palabra de Dios y cumplirla. Yo tengo ilusión de ir a esa cena de postín, no veo en ello nada malo; pero a través de Miguel, me has recordado que coincide con nuestra reunión de matrimonios. Y en este Evangelio me has mostrado la importancia de oír Tu palabra y cumplirla, para hacer Tu voluntad, y me haces ver que hay algo mejor que esa cena, porque en las reuniones del grupo nos vamos formando y profundizando en el matrimonio como Dios lo pensó, y nos ayuda mucho a crecer en nuestra vocación matrimonial. Además, es verdad que cada vez que vamos, vengo renovada e ilusionada con nuestro matrimonio. Señor, gracias por darme a mi esposo, mi ayuda adecuada.
Miguel: Gracias Señor, por mi AA, y por hacernos ver en nuestra oración lo que es mejor.

Madre,

Tú, que eres la Bienaventurada porque escuchas la palabra de Dios y la cumples, enséñanos a rezar y tener intimidad con Dios, y a escuchar Su Palabra, a guardarla en nuestro corazón y a decir siempre sí a Su voluntad. ¡Bendita y gloriosa seas, Madre! ¡Alabado sea por siempre Nuestro Señor!

¿Estamos a salvo? Comentario para matrimonios Lucas 11, 15-26

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,15-26

En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: «Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí”. Al volver se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».

¿Estamos a salvo?

Podemos pensar que, por estar más cerca del Señor y haber ordenado y limpiado nuestra alma, estamos salvados. Pero el Señor en este Evangelio nos advierte del peligro que nos acecha, tenemos que estar vigilantes, vivir en gracia, frecuentar los sacramentos y ser muy perseverantes en la oración diaria porque, para el demonio, es una gran victoria hacer caer a las almas que están más cerca del Señor.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Pepe: Alicia, estoy algo descorazonado. Esta mañana, preparándonos para llevar a los niños al colegio, he vuelto a caer en lo mismo que antes de nuestra conversión. Enfado, gritos, hasta le he tirado la mochila a Javier para ver si así se daba más prisa. Creo que no está sirviendo de nada lo que hago, ¿de qué me sirve rezar e ir a Misa si, en cuanto me descuido un momento, vuelvo a caer?
Alicia: Pepe, eso ha sido esta mañana ¿Cuándo te has dado cuenta de lo que estabas haciendo mal?
Pepe: Pues en el mismo momento, he recogido la mochila, se la he entregado a Javier y le he perdido perdón
Alicia: ¿Y crees que no sirven de nada la oración y los sacramentos? Antes el malhumor te hubiera durado todo el día, y además te hubieras creído con la razón completa. Creo que el demonio te está tentando para que caigas en la desesperanza y no confíes en Dios.
Pepe: ¡Pues tienes toda la razón! Y qué rápido he caído, pues menos mal que he compartido contigo esta tentación, así he evitado seguir cayendo y renuevo mi compromiso para seguir en este camino
Alicia: Como nos dijo don Juan: «Tentación manifiesta, tentación vencida». Qué importante compartir todo lo que nos va sucediendo, realmente somos Ayuda Adecuada el uno del otro. Y qué bonito ejemplo de pedir perdón le has dado a Javier, qué bueno es el Señor. Y ahora comencemos con nuestra oración conyugal «En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo»

Madre,

Protégenos bajo tu Manto de las asechanzas del maligno, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Alabado sea el Señor!

RETIRO PARA MATRIMONIOS EN VALENCIA 14 – 16 NOVIEMBRE 2025

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Pedir con fe y perseverancia. Comentario para Matrimonios: Lucas 11,5-13

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,5-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si alguno de vosotros tiene un amigo y viene a medianoche para decirle: «Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle». Y, desde dentro, el otro le responde: «No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados: no puedo levantarme paradártelos». Si el otro insiste llamando, yo os digo que si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide, recibe,quien busca, halla, y al que llama, se le abre. ¿Qué padre entre vosotros,cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues,que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Pedir con fe y perseverancia.

Con qué claridad nos vuelve a hablar el Señor en el evangelio y con qué torpeza lo acogemos. Él nos dice pedid y se os dará, pero podríamos cambiarlo por reza y persevera. Qué importante es la oración para establecer una relación con el Señor. Reza todos los días para poder pedir a Dios lo que de verdad necesitas y persevera para recibirlo. Así de fácil es, pero como esperamos recibir sin pedir, y cuando lo recibo creo que es en respuesta de lo bueno que soy o por el bien que pienso que he podido hacer, olvidando que Dios me va a dar lo que necesito porque me quiere con locura. En el matrimonio también es así, pide a tu esposo y porque te quiere él te dará siempre lo mejor. No lo olvidemos, nos une Dios a través del sacramento y tenemos la gracia para dar siempre lo mejor.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Ana: Andrés, cuántas gracias tenemos que dar a Dios por nuestro matrimonio y por todo lo que está haciendo en nosotros a través de la gracia que recibimos desde que hemos empezado a pedir lo que de verdad necesitamos.
Andrés: Sí, y de qué manera tan especial nos lo ha ido concediendo. Solo hay que ver el trabajo que he acabado consiguiendo después de haber pasado tanta necesidad y llegar a pensar que no me hacía caso a pesar de lo mucho que se lo pedía.
Ana: Además lo bien que te ha venido y lo mucho que has cambiado a través de esa prueba tan difícil. Has pasado de la desesperación y el enfado por pensar que el Señor no te escuchaba, a la mansedumbre y la confianza al darte cuenta de que lo que de verdad necesitabas era un parón para ordenar tu vida y reconducir tu forma de pensar.
Andrés: Lo único que siento es lo mal que te lo he hecho pasar y te pido perdón. Soy una persona nueva, he entendido que el Señor sólo quiere lo mejor para mí y para nosotros. Me ha costado mucho verlo, pero ahora solo puedo dar gracias en todo momento.
Ana: Cuánto nos ama el Señor y a veces nos cuesta verlo, para nosotros es difícil de entender, pero sentirte así de querido es alucinante.
Andrés: Esto hay que celebrarlo todos los días y hoy me toca a mí darlo todo. Vete a descansar un rato que te voy a preparar una cena para chuparse los dedos.
Ana: Que agradecida estoy al Señor por haberte entregado a mí para ser la esposa más feliz del mundo. Te quiero.

Madre,

Gracias Madre por enseñarnos a pedir lo que necesitamos, buscar con perseverancia y llamar siempre con la seguridad de recibir respuesta. Alabado sea Dios.

Una ventana abierta. Comentario para Matrimonios: Lucas 11, 1-4

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 11, 1-4

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
Él les dijo:
«Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación”».

Una ventana abierta.

Los discípulos han visto como Jesús ora con frecuencia, se retira a lugares solitarios y se comunica íntimamente con el Padre. Se dan cuenta que la oración es el centro de la vida de Jesús y por eso le piden: “Señor, enséñanos a orar». Lo bonito es que Jesús no les explica un método o una formula, sino que Él mismo comienza a rezar y de esta forma nos deja ver su precioso Corazón. Cada palabra del Padrenuestro es una ventana a la intimidad de Cristo con el Padre. El Señor nos invita a esta intimidad.
Jesús comienza su oración con una palabra que lo cambia todo: “Padre”. Esto nos hace tomar conciencia de nuestra identidad: somos hijos amados. Contemplar esta certeza nos renueva el corazón, soy hijo; necesitado de mi Padre, dependiente de su amor, de su providencia, de su misericordia, de su protección… entonces, me sumerjo en Sus brazos y como un niño pequeño le digo: “Padre ¡cógeme, que me canso!, ¡guíame, que me pierdo!, ¡ayúdame que solo no puedo!” Reconociendo esta Verdad podemos comenzar una relación de amor e intimidad y entonces el Padrenuestro será el Corazón de Jesús latiendo en nuestros labios.

Aterrizado a la Vida Matrimonial:

Álvaro: Leonor, ¿qué te parece si antes de empezar con las cenas, rezamos juntos con los niños?
Leonor: Pues me parece estupendo, ¡que mejor manera para que conozcan al Señor! Después continuamos con nuestra oración conyugal, ¿vale?
(Álvaro y Leonor perseveraron en la oración familiar y conyugal. Cada día antes de cenar leían el evangelio y como Jesús rezaban en voz alta al Padre. Poco a poco sus hijos fueron aprendiendo a tener esa intimidad con el Señor que transformó sus vidas.)

Madre,

Me encanta imaginar como serían vuestros ratitos de oración en Nazaret, con Jesús en tus brazos, repitiendo con su vocecita los salmos y oraciones que José y tu rezabais. ¡Sagrada Familia, haced de nuestro hogar una escuela de oración y amor! ¡Gracias bendita Madre!