Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
El pilar de la civilización.
Hoy celebramos el modo de vivir de María, el auténtico pilar de lo que San Juan Pablo II llamó la “civilización del amor”.
Una jovencita que aprendió a amar amando, que al hacerse esclava y encarnar la Palabra de su Hijo en lo cotidiano, no solo vivió en la verdad, sino que vivió con la Verdad y la Vida.
Ese es el camino al que estamos llamados los esposos en el matrimonio: la verdadera escuela del amor, el “Santuario de la Vida”. Allí aprendemos a caminar con la Verdad y la Vida entre nosotros, siendo germen de una civilización de hombres y mujeres dignos, creados a imagen de Dios, tratados siempre como un fin y nunca como un medio.
Movidos por un amor oblativo, no afectivo. Donde se aprende la gratuidad y el perdón, a compartir antes que acaparar, a donarse antes que poseerse.
Esa es la civilización que estamos llamados a edificar: nuestra identidad, nuestro verdadero “DNI”, es Cristo.
No es necesario pedir cita previa para conocerlo, tiene libre las 24 horas del día.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Arancha: cielo, ayer estuve oyendo un testimonio de un sacerdote y me impactó cuando dijo que “Dios no elige a los mejores sino a los que quiere”. A pesar de escucharlo muchas veces ayer tocó verdaderamente mi corazón.
David: ¿a qué te refieres?
Arancha: Pues que la lógica de Dios es la gratuidad, tengo la sensación de que en nuestra casa impera una lógica mundana y siempre hay una intencionalidad donde prima la eficiencia o nuestro interés personal.
David: qué profundo. Creo que te entiendo. En mi caso creo que proyecto sobre nuestros hijos unas expectativas de que sean de una determinada manera para que “triunfen” en el mundo que me condiciona en mi forma de tratarles y exigirles.
Arancha: así es. Yo a veces sobreprotegiéndoles. El miedo acaba con el milagro. Tenemos que aprender a verlos como Dios los ve y a la vez mostrarles a través de nuestro matrimonio la libertad que solo Dios da. Solo Él conoce la verdad de nuestros corazones.
David: ¿Te parece que recemos el evangelio de hoy a ver qué nos quiere desvelar?
Madre,
enséñanos a ponernos en verdad encarnando la Palabra de Tu hijo. Sea por siempre bendito y alabado, que con Su Sangre nos redimió.

