Archivo por días: 1 octubre, 2025

Descansa en mí. Comentario para matrimonios: Lucas 9, 57-62

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 57-62

En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza»
A otro le dijo: «Sígueme».
El respondió: «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».
Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».
Jesús le contestó: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

Descansa en mí.

“El Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. ¡Qué fuerte, Señor!, ¡qué tristeza!
Y cuántas veces al leer este Evangelio me he quedado en las otras frases como en esa de “deja que los muertos entierren a sus muertos”. ¿Por qué me quedo ahí? Porque me miro a mí mismo, porque tiendo a mirar las cosas desde mi lado y pensar que eso es lo correcto. ¡Qué ceguera, Señor! Ahora veo que esas frases las dices para avisarme de que tenga cuidado, que no trate de estar con un pie en el mundo y otro contigo, porque entonces estaré en el mundo y no contigo. Y yo Señor, quiero estar contigo. Eres tan bueno, ¡todo Amor! Me atrevo a pedirte que reposes en mí tu Cabeza. Que yo quiero reposar la mía en tu Corazón, como San Juan. Quiero hacer sólo tu Voluntad. Sé que así conmigo sonreirás. Y quiero hacerte sonreír, quiero poner mi granito de arena para consolarte. Eso supone que tendré que ir muriendo a mí mismo, y eso duele. Pero Señor, todo por ti. No hay nada mejor. Ahí empieza el Cielo, ahí empieza la salvación y la Felicidad con mayúsculas. Mil gracias Señor.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Elena: Estoy agotada, ¡vaya racha llevamos! No sabía que éramos capaces de hacer tantas cosas.
Óscar: Sí, pero estoy muy contento. Es una pasada ver tantos matrimonios que recobran la ilusión, que descubren al Señor y cambia su familia. Me acuerdo cuando te ponía tantas pegas para hacerlo. Veía tan razonable pensar que te estabas pasando, que no hacía falta hacer oración todos los días, que porqué teníamos que renunciar a tantas cenas… Y ahora lo entiendo. Tenía el corazón en el mundo y eso me tenía atado. Y cegado. Sólo me veía a mí mismo y no me enteraba.
Elena: Sí, a mí también me costó al principio. Hasta que empecé a tope con oración y sacramentos y tratando de hacerlo vida. Recuerdo que lo hice porque veía cómo eran los matrimonios que nos lo contaban. Yo quería tener su alegría y su mirada.
Óscar: ¡Pues vaya si lo has conseguido! Si vieras la ilusión que irradiabas cuando estabas hablando con los tutelados.
Elena: Es que el Señor es una pasada. Es increíble lo que hace en nuestras vidas si le dejamos. A mí me encanta oírte cuando les hablas de Dios, del amor, de la entrega…
Óscar: ¡Je, je! ¡Quién nos lo iba a decir! ¡Es una maravilla! A darnos más, que aún nos queda mucho. ¡Cómo te quiero!
Elena: ¡Pues yo a ti más!

Madre,

Por favor, ayúdame a darme por entero. A ir a tope con oración y sacramentos, formación y hacerlo vida. ¡Tenéis tanto preparado para nosotros si os seguimos! ¡Alabado sea tu Hijo!