Archivo por meses: diciembre 2024

RETIRO MATRIMONIOS VITORIA 14 – 16 MARZO 2025

RETIRO MATRIMONIOS VITORIA 14 – 16 MARZO 2025

Según tu dignidad. Comentario para Matrimonios: Juan 1, 1-18

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Evangelio del día

Comienzo del santo evangelio según san Juan 1, 1-18

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.
Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Según tu dignidad.

Los que hemos conocido a Jesús, hemos vivido un nuevo nacimiento. Ya no procedemos de la carne y de la sangre, porque es la gracia recibida por los méritos de Cristo la que ha hecho que tengamos una nueva vida como hijos de Dios.
Esta nueva vida nos confiere una categoría mucho mayor. Esta nueva dignidad, debería llamarnos con eficacia por el interés de permanecer en ella y no perderla.
De nosotros depende ser de los que acogen esta gracia tan enorme y la mantienen o de los que no la acogen y la pierden comportándose como indignos hijos de Dios.
Soy hijo de Dios, sólo tengo que creérmelo y comportarme como tal, y me asistirá la gracia de Cristo.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Leonardo: Andrea, le he pedido al Señor que me muestre tu verdadera dignidad. Necesito fe para poder verla del todo. Estoy seguro que si me revela el misterio de la dignidad que Dios nos ha querido dar, nuestra relación mejoraría drásticamente.
Andrea: Bueno, ya lo sabes. Nos ha dado la dignidad de ser hijos de Dios. ¿Qué más necesitas?
Leonardo: Lo sé con la cabeza, pero no con el corazón. Si fuese consciente de lo que eso supone, nunca podría tratarte mal. ¿Podrías hablarle tú mal al Papa si estuviera aquí físicamente presente?
Andrea: ¡No, por Dios! Le trataría como merece Su Santidad.
Leonardo: En cambio, alguien que no fuese católico, igual podría no tratarle con tanta reverencia, porque no sabe ante quién está.
Andrea: Ahora lo entiendo. Si nos reconociésemos con la auténtica dignidad que tenemos nos completaríamos y nos trataríamos de acuerdo a esa dignidad.
Leonardo: Exacto. ¿Se lo pides conmigo al Señor que juntos tendremos más fuerza?
Andrea: Vale. Se lo pediremos cada día de este año que empieza.

Madre,

Gracias por este maravilloso año, en el que hemos recibido gracia tras gracia. Alabado sea el Señor por tanto.

RETIRO PARA NOVIOS EN MURCIA 14 – 16 FEBRERO 2025

RETIRO PARA NOVIOS EN MURCIA 14 – 16 FEBRERO 2025

Con los dos a la vez. Comentario para Matrimonios: Lucas 2, 36-40

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 36-40

En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.
Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

Con los dos a la vez.

En la época de la profetisa Ana, no podía estar casada y estar con Dios a la vez. Estuvo 7 años casada y luego sirviendo en el templo con Dios.
Hoy en cambio, podemos estar casados y estar con Dios porque el Señor está entre nosotros.
Y podemos ser testigos de Su presencia en nuestro Matrimonio. Qué alegría poder estar con mi esposo y con Dios presente entre nosotros a la vez.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Rolando: Carina, últimamente tengo tanta experiencia de la presencia del Espíritu Santo entre nosotros… Es tremendo.
Carina: Yo no lo experimento tanto. Tengo el hábito de hacer presencia del Señor a solas, pero no tanto contigo, Rolando.
Rolando: ¿Quieres hacer presencia del Señor mientras estamos cogidos de la mano?
Carina: Sí, me encantaría.
(Hicieron presencia del Señor y ambos experimentaban la presencia del Espíritu Santo entre ellos, y daban testimonio a todos los esposos de Su alrededor).

Madre,

Gracias por estar en nuestras vidas acercándonos juntos al Señor. Alabado sea Dios.

Aprender sufriendo. Comentario para Matrimonios: Lucas 2, 41-52

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Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 41-52

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Aprender sufriendo.

Este Evangelio está anunciando lo que vendrá cuando a Jesús le llegue Su hora, Jesús había cumplido 12 años, lo que significa que le había llegado la hora de la obligación a observar la ley. Su Madre, está 3 días sin Él, sin entender nada, pero Jesús estaba con las cosas de Su Padre. Seguro que María, que guardaba todas estas cosas en Su Corazón, recordaría esto tras la Pasion y muerte del Señor.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Vani: Emilio, hoy tengo la certeza de que me he mantenido dentro del Corazón de María.
Emilio: ¿Por qué lo dices?
Vani: Porque no he entendido nada de lo que me ha pasado esta mañana. Tenía mucho interés en ir a la Eucaristía porque hoy era el aniversario de mi consagración. Pero primero me has pedido que te acompañe y después que me tomase un café contigo. Al final se me ha hecho tarde y no he llegado. Me he llevado un mal rato tremendo.
Emilio: Pero eso ¿Qué tiene que ver eso con la Virgen María, Vani?
Vani: Tiene que ver porque he visto claramente que ha sido voluntad de Dios que ofreciera este sacrificio por amor a ti, y aunque en el momento no lo he entendido, pero lo he guardado en mi corazón hasta que lo he visto claro.
Emilio: Ya lo entiendo. Es cuestión en poner la prioridad en el amor y confiar en que lo que pasa es cosa del Señor, aunque parezca malo.
Vani: Justo, eso es. Gracias por explicarlo tan fácil.
Emilio: Gracias a ti por quererme tanto. ¿Vamos mañana juntos a Misa?
Vani: Pero si tú entre semana no vas nunca… ¡Esto sí que es un regalo! Gracias Señor.

Madre,

Cuántas pruebas tuviste que pasar. Tú también aprendiste sufriendo a obedecer. Alabado sea el Señor.