Archivo por meses: julio 2021

En peligro de extinción. Comentario para Matrimonios: Mateo 12, 1-8

EVANGELIO

El Hijo del hombre es señor del sábado.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8

En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

Palabra del Señor.

 

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En peligro de extinción.

Imaginemos que hay una especie en peligro de extinción. Tan en peligro, que sólo queda un individuo de esa especie ¿Cómo se le protegería? ¿Cuántas atenciones se le daría? Para que tuviese la temperatura perfecta, el entorno ideal, el alimento perfecto… No habría límites para los cuidados que se merece.
Bien, pues hay uno que es único e irrepetible, y sólo queda uno. Es mi esposo. No hay otro, y está en peligro de extinción. Sí, porque algún día morirá y no sé cuándo será. ¿Quizás mañana? Y además, tiene un valor inmensamente más grande que cualquier especie animal en extinción. ¿Cuántas atenciones le he de dar? Además, es templo del Espíritu Santo, y si bien hay Uno que es mucho más que el templo, que es Cristo, y merece nuestra atención primordial, pero el templo donde Él habita, tiene un valor suficiente para saltarme cualquier norma o supuesta obligación, que vaya contra él/ella y contra su bien. La Ley de Dios, pretende precisamente eso, que sea mi prioridad.
No volveré a centrar más mi atención en el trabajo, la limpieza, el orden, la estética, el deporte, las labores parroquiales… por encima de la atención que mi esposo merece.

Aterrizado a la vida matrimonial:

(Proponemos el salto a la misericordia. Consiste en empujar mi corazón al otro lado de la flecha)
Lucía: ¡Mira cómo está la casa! Se lo deja todo por medio. -> Pero ¿merece que le regañe?
Pedro: Por fin. Mañana del domingo, la hora del tan deseado partido de golf. -> Pero veo a mi esposa triste…
María: Me han pedido que dé catequesis otra vez este año. -> Pero no estoy dedicando tiempo a estar con mi esposo…
Paco: Necesito descansar… vengo reventado del trabajo y necesito relajarme. -> Pero ¿qué necesita mi esposa?
Ana: No le soporto, siempre poniéndose por encima. -> Pero ¿cómo le puedo ayudar a descubrir el tesoro de la humildad?
Raúl: ¿No puede aceptar a mi madre como es? -> Tiene una dificultad con la que tengo que ayudarle…
Teresa: Es un cara dura, hay que hacérselo todo. -> Pero qué bien que me necesite tanto…
Juan: ¿Y le tiene que contar nuestras cosas a su madre? -> ¿Será que no le escucho, que no le comprendo y por eso necesita contárselo a otro?

El Señor: Queridos esposos, misericordia quiero. Déjalo todo y ocúpate de él/ella. Déjalo todo y sigue al Esposo que se entrega hasta la Cruz.

Madre,

Como dice el Papa Francisco, cuando tenemos el corazón de piedra, esas piedras acaban en nuestras manos, listas para ser arrojadas contra el otro. Señor convierte mi corazón en un corazón de carne para acogernos, tal como somos: Miserables, pero únicos e irrepetibles. Amén.

¿Cansados? ¿De qué? Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 28-30

EVANGELIO

Soy manso y humilde de corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

 

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¿Cansados? ¿De qué?

¿Estoy cansado? La respuesta seguramente será que sí. Casi todo el mundo con el que hablo está cansado. La pregunta que Jesús me hace hoy es ¿de qué? ¿De amar? ¿De servir? O quizás de resistirme a mis circunstancias.
Si quiero saber la respuesta, no tengo más que preguntarme: ¿Me suelo quejar o suelo dar gracias? Si me quejo, es porque me resisto a aceptar lo que tengo. Me resisto a mi yugo. Si doy gracias a Dios, es por la oportunidad que me da para amar en tantas situaciones. Tengo que reconocerlo. Estoy cansado de tanto quejarme.
Cuando hablamos con matrimonios que dicen estar cansados de luchar, y profundizamos, lo que nos solemos encontrar es que están cansados de no aceptar el esposo que Dios les ha dado ¿o no?
Si soy manso y no me resisto, mi cruz adquiere un sentido y eso hace que no resulte pesada. La mansedumbre es descansar en Cristo ¡Pruébalo!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Matrimonio Tutor: Decís que habéis luchado mucho, y lo que vemos es que lucháis porque no os aceptáis el uno al otro. ¿Qué tal si os reconocéis como un don de Dios el uno para el otro? Con eso, con lo que tenéis, es con lo que tenéis que construir un amor de comunión. Y la belleza del camino, consiste en construirlo vosotros, porque si os lo dan hecho, ¿qué gracia tiene? Es lo más hermoso que vais a construir en la vida y es lo que más vida va a generar a vuestro alrededor.
Juanjo: ¿Y si a veces nos da la sensación de que no podemos?
Matrimonio Tutor: Eso es fenomenal, porque es un acto de humildad. Entonces le decís al Señor: “Señor, yo voy a seguir esforzándome todo lo que pueda, pero lo dejo en Tus manos. Encárgate Tú que yo no puedo”. Y descansad en Él. A nosotros nos ha pasado muchas veces, y nos ha demostrado que está vivo. Así que, dos consejos para hoy: Aceptaos el uno al otro como un don de Dios y con lo que no podáis, dejadlo en Sus manos Divinas.

Madre,

Esta vida es para gastarla. Qué pena que la malgastemos luchando contra el plan de Dios. Muéstranos a los esposos, Madre querida, dónde merece la pena poner nuestros esfuerzos. Gracias, Bendita Madre.

Menú degustación. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 25-27

EVANGELIO

Has escondido estas cosas a los sabios y se las has revelado a los pequeños.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27

En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

Palabra del Señor.

 

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Menú degustación.

Aprendí de San Juan Pablo, en el ciclo de la Redención del Cuerpo, algo que me impactó profundamente. Él dice que la Sabiduría de Dios está íntimamente relacionada con la Pureza del corazón. De ahí la Bienaventuranza: Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Y es que, es tan evidente… Cuando estamos ofuscados por el pecado no vemos dónde está el bien, cuáles son los caminos de Dios, qué es lo que nos construye ni hacia dónde orientar a otros en su camino de santidad.
En la medida en que avancemos hacia la pureza, iremos acogiendo el don del Espíritu Santo y en consecuencia, el don de la Sabiduría. El camino de la pureza empieza por el autodominio, pero luego, se va abriendo uno a vivir según el Espíritu y no según la carne, y cada vez “gustamos” más las cosas del Espíritu y estima basura las del mundo. Es el menú degustación que nos tiene preparado el Espíritu Santo. ¡Imagínate!
Esposos, pasemos esa fase del autodominio, y entremos a gustar las cosas de Dios. Entonces sabremos lo que es disfrutar de nuestro matrimonio, de verdad.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Ramón: Miriam, desde que estamos en este camino, he empezado a vivir experiencias contigo que me hacen que no quiera volver a lo antiguo.
Miriam: Sí, es verdad que cuesta, y a veces supone mucho esfuerzo superar las tentaciones de reclamar atenciones, justificarse, no juzgarte, no corregirte… pero luego, se va creando una comunión entre ambos, que no tiene precio.
Ramón: Pues venga, vamos a la oración juntos.
Miriam: Vamos allá. A ver qué nos quiere decir hoy el Señor.

Madre,

Nos hizo Dios para vivir la grandeza del amor, y nuestra alma no descansará hasta estar en el que es Amor. Alabado sea el Señor que nos ha procurado un destino tan ¡¡Grande!!

Misión: Tú. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 20-24

EVANGELIO

El día del juicio le será más llevadero a Tiro, a Sidón y a Sodoma que a vosotras.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 20-24

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros, porque no se habían convertido:
«¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Pues os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.
Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.
Pues os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti».

Palabra del Señor.

 

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Misión: Tú.

Al leer esta frase, he sentido un escalofrío que me recorría el cuerpo de arriba abajo: “¿Piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo”. Es cierto que he dejado muchas cosas por el Señor, pero Él me ha dado ¡Tanto…! Y me queda tanto por darle… Ese orgullo, esa falta de misericordia y esa dureza de corazón que sigo teniendo, bloquea la escucha de Dios sobre la misión de esposo que me ha encomendado, y me dificulta para que el Espíritu pueda llevarla adelante. Hoy el Señor me dice “No te confíes, y sigue luchando abrirme las puertas de tu corazón de par en par”.

Y es que, mi esfuerzo tiene que ir especialmente orientado a mi “primer metro cuadrado”. Mi esposo. ¿Qué me ha dado el Señor? Un esposo que es Su hijo, que es amado por Dios, por sí mismo, que es mi Ayuda Adecuada, que es templo de Espíritu Santo, un esposo sagrado ante quien debo descalzarme. El Señor me ha dado medios para conocer mi vocación, la sacralidad del Matrimonio, el Sacramento de la Eucaristía para alimentarme de Él… ¿Estoy respondiendo a tal entrega como para escalar el cielo?
Tus palabras no son amenazas, Señor. Lo sé. Son palabras para empujarme a ser mejor esposo. No sé cuánta vida habrás decidido que me quede por delante, pero pienso esforzarme más, y más. ¡Para mayor Gloria Tuya!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Laura: Cada vez que observo lo que impide que fluya el Espíritu entre nosotros, me topo con esa manía de querer llevar razón, o juzgarte y despreciarte, o exigirte la perfección… Hay mucha soberbia en mí.
Javier (Esposo de Laura): Igual que en mí. Y cada vez que no renuncio a todas esas cosas, se rompe nuestra comunión. Pero la reconciliación es preciosa y Dios lo hace todo nuevo. Me parece tan hermoso el amor que nos une, que me impulsa a renunciar a todo lo demás.
Laura: Sé cuánto me quieres, Javier. Me encanta y doy muchas gracias a Dios por ti. Merece la pena luchar por la misión tan hermosa que Dios me ha encomendado: Tú.

Madre,

Dios me ha creado por amor, para amar. No hay nada más importante que nuestro camino hacia Dios, y el mío es el de la Caridad Conyugal. Ayúdanos Madre a ser fieles a nuestra vocación, a responder a tanto amor recibido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dignos de Él. Comentario para Matrimonios: Mateo 10, 34-11,1

EVANGELIO

No he venido a sembrar paz, sino espada.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 10, 34-11,1

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
«No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espada. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, sólo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

Palabra del Señor.

 

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Dignos de Él.

Sólo hay un camino del bien, y es seguir a Cristo. Y lo que no sea seguirle, está en oposición con Él. Es verdad que hay veces que algunos familiares se ponen en contra. Él ya nos lo había avisado. Pero eso no nos puede impedir seguirle, evangelizar, trabajar en la misión por el Reino de Dios. Ellos, algún día lo entenderán, aunque no sea en este mundo. Porque lo que hagamos también irá en su beneficio, y en el de toda la Iglesia. No vamos solos en la misión, vamos en nombre y representación de la Iglesia. Unidos a ella.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Jaime (A solas con el Esposo Tutor): Merche es muy pesada. Todo día pidiéndome que rece, quiere que haga todo lo que ella hace. Y después no se comporta nada bien en casa. Con los demás pone voz de muy santa, pero en casa está insoportable.
Esposo Tutor: Jaime, ella está luchando por mejorar. Reza tanto para que el Señor le dé fuerzas. Y a ti te vendría bien dejarte influir por ella en ese sentido. Yo lo he hecho y mi esposa me ha ayudado a entrar en una dimensión espiritual que yo desconocía y es mucho más grande que vivir para trabajar, educar a los hijos y hacer las tareas del hogar. Nuestra vida tiene un sentido mucho más grande, más trascendental, y te lo estás perdiendo. No vayas contra tu esposa, únete a ella y aprende.
Merche (A solas con la Esposa Tutora): Jaime no reza nada. Estoy cansada de tirar de él. No le interesan las cosas de Dios.
Esposa Tutora: Y tú ¿Qué rezas?
Merche: Laudes, alguna novena que toque en el momento, el Ángelus, la Coronilla de la Misericordia, voy a Misa, al Santísimo cuando puedo… y por las noches el Evangelio una hora. También escucho los vídeos y rezo las oraciones que envían por los grupos de oración de whatsapp.
Esposa Tutora: Veo que estás enamorada del Señor.
Merche: Sí, le amo con todas mis fuerzas.
Esposa Tutora: Eso está muy bien. Pues el Señor quiere que, ante todo, no te creas mejor que tu esposo porque rezas más, sino que le ames más para que se convenza de que tu camino de oración es bueno para él. Toda tu oración tiene que tener un objetivo final: Coger fuerzas para amar más a Jaime. ¿De acuerdo?
Merche: De acuerdo. Si eso es lo que quiere el Señor, eso haré.
(Merche dejó de hacer algunas de las oraciones que hacía, pero se esforzó más por amar a su esposo y así agradó a Dios. Su esposo está ahora mucho más abierto a buscar a Dios).

Madre,

Si no nos hacemos uno, que es nuestra misión de esposos ¿A dónde vamos? Gracias Señor por reorientar nuestros caminos hacia el amor.