Archivo por meses: mayo 2017

Sales nutritivas. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 14, 15-21

EVANGELIO
Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 15-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros.
No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
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Sales nutritivas.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

El amor se apoya en una alianza. El que es fiel a esa alianza, saborea los beneficios de la relación de comunión. El Señor es mi único Dios, mi principio y mi fin. Siendo fiel a la alianza que Él ha establecido conmigo a través de Sus mandamientos, saborearé la experiencia brutal de que Él está en el Padre, y yo en Él y Él en mí.

Acojo a mi esposo y me entrego a él/ella hasta que la muerte nos separe. Esto es la comunión entre personas. Estar en Cristo es la experiencia más potente, profunda, sanadora y revitalizante que se puede vivir. Incorporar a ella mi relación conyugal, es la bomba.

Una historia:
Volvieron a casa después de unas vacaciones en las que habían buscado su descanso, su relajación, habían tratado de divertirse a tope. Pero entre ellos había quedado como una amargura, se masticaba un ambiente hostil, estaban como en oposición. Casi esperando a que el otro metiera la pata para restregárselo.

Andrés, salió a la terraza. Las plantas estaban decaídas también, como ellos. Los tallos doblados y los pocos pétalos que quedaban estaban mirando para abajo, como si lo único que se pudiera esperar de ellos fuese que se desprendieran en cualquier momento para formar parte de aquella tierra seca e infértil. Pero Andrés se apresuró a buscar el abono, unas sales especiales muy nutritivas para aquella tierra dura. Las esparció por todas las macetas. Después cogió la manguera y espolvoreó agua fina por todos lados, empapando después la tierra. Al día siguiente, como un milagro, los tallos se habían enderezado, y comenzaban a surgir de ellos nuevos brotes. Había salvado sus plantas.

Andrés comprendió que eso mismo era lo que necesitaban ellos y su matrimonio. Y comprendió que el alimento que les faltaba no era corporal, que de eso ya habían tenido más que suficiente durante todo el verano, sino espiritual. Esas sales nutritivas para el alma, eso es el Espíritu Santo. Andrés y su esposa se cogieron de la mano y comenzaron a rezar juntos, pidiéndole a Dios que les enviase el Espíritu. Pero era necesario estar en disposición para recibirlo. Su alma estaba sucia después de aquel verano caprichoso y egoísta. Y fueron a pedirle perdón a Dios en confesión. Él no había sido lo más importante en todos aquellos días, sino que lo habían dejado de lado, con lo cual habían fallado al primero y más importante de los mandamientos, y a partir de ahí, fallaron en varios de los demás.

Ya en gracia de Dios, volvieron a pedirle al Señor que les enviara el Espíritu Santo. Y su matrimonio, como aquellas plantas, volvió a florecer. Los tallos que sostenían la hermosura de su unión, se enderezaron y volvió a brillar en sus ojos la pureza del amor de Dios.

Madre,
Qué hermosas hace Dios las cosas. Todo lo Suyo es tan hermoso… Si algo no es hermoso es que no viene de Dios. Me encanta disfrutar de la belleza de Dios en nuestra vida, me encanta saborear sus cosas. Gloria a ti por siempre Señor.

Honor y gloria. Comentario del Evangelio para matrimonios: Juan 15, 18-21

EVANGELIO
No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: «No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
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Honor y gloria.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Hay una incompatibilidad entre la lógica del mundo y la de Dios. Jesús le da un nuevo sentido al poder, al honor y al reino. Hay una contraposición entre las ambiciones personales: En cuanto al trabajo, al tener, al ser…, incompatibilidad entre los honores, el éxito, la fama, los triunfos terrenos, y un Jesucristo en quien el poder reside en hacerse siervo, el honor y la gloria en abajarse, la autoridad real en el don de generar vida.
Con Su Pasión y muerte Él conquista el último puesto, y el Padre le entrega el honor y la gloria.

Una historia:
Antonio llega tarde todos los días a su casa, y cuando llega, su corazón y su mente siguen en el trabajo.
Hay rumores de un ascenso, y él lo desea.
A Marta, su esposa, el Señor la escogió sacándola del mundo hace tres años. Ella ya no tiene su corazón en la moda, en la decoración, en ella misma. Además pidió reducción de jornada para poder estar más tiempo con sus hijos.
Nadie a su alrededor parece comprenderla. Sus amigas le critican y le repiten continuamente que está bien la religión, pero que no hace falta tomársela tan a pecho. Su familia de origen, no aprueba que ella haya renunciado a su carrera profesional, mientras que Antonio está ascendiendo sin parar. Les preocupa que él la haga de menos, y conozca a otra más ambiciosa y la deje con una mano alante y otra atrás.

Marta se consuela en la oración, viendo que Jesús pasó por tantas incomprensiones, críticas, incluso persecuciones… Esto le hace descansar a Marta y entender que es parte de la edificación de un reino basado en el amor, el servicio, y la entrega… en medio de este mundo. Marta ha guardado las Palabras de Jesús en su corazón y se las transmite a Antonio. Le cuenta el por qué deja su trabajo por los niños… Antonio la respeta, pero no acaba de guardar las Palabras de Jesús en su corazón.

Cuando Marta le habla de renunciar a su ambición en el trabajo, y que su familia le necesita… Antonio en ocasiones muestra una actitud esquiva, otras se enfada achacándolo a los numerosos gastos… Marta no se enfada, comprende que su esposo no lo vea. Ella también ha visto a Jesús como le pide al Padre perdón por los que están ciegos, entregándose. Y Marta confía en Jesús. Sabe que es el camino y entrega su dolor con una sonrisa, todo por la conversión de su esposo.

A los dos años, Antonio empieza a prestar atención a la Palabra de Dios, cada día más. Pasan los meses y Marta le ha visto ya leyéndola buscando respuestas para sí. Al tiempo, Antonio escucha a Marta y Marta a Antonio. Ambos tienen el mismo lenguaje del Amor, ahora es la fuerza del Espíritu Santo la que hace posible cualquier renuncia… ¡Gloria a Dios!

Madre.
Doy gracias porque el Señor me ha escogido. Su camino no es fácil para nosotros que estamos tan lejos del amor, pero le alabamos por rescatarnos: Bendito seas Señor por tanto bien que nos das. Por darnos la vida. Te pido para que también escojas a ….. Amén.

¡Ayuda! Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 15, 12-17

EVANGELIO
Esto os mando: que os améis unos a otros
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

Palabra del Señor.

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¡Ayuda!
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Ya no somos siervos del Señor, porque Él nos ha revelado su intimidad y esto sólo se hace con los amigos. En contra de lo que se suele pensar, al amor a los amigos es más grande que el amor a los enemigos. Nadie le diría a su esposo: “Te quiero como al peor de mis enemigos”, porque no saldría muy bien parado… Se ama hasta a los enemigos, pero para que lleguen a ser amigos y entonces el amor crezca. Cuanto mayor es el grado de amistad, mayor es el grado de intimidad y mayor es el amor que se puede alcanzar. Por eso, es con nuestro esposo con el que mayor grado de amor podemos alcanzar aquí en la tierra, porque con él/ella es con quien más intimidad podemos compartir.

Una historia:
Teresa se da cuenta de que muchas veces está mirando cuánto se entrega a ella su esposo, para corresponderle en la misma medida. De hecho, normalmente se queja de que su esposo le ama poco, tiene pocos gestos por ella y siempre le falla en las mismas cosas. Pone el telediario justo a la hora de comer en lugar de hablar con ella, está demasiado absorbido por su trabajo, y le hace poco caso. Todos estos pensamientos nada tienen que ver con el amor. Cuando se sienta un rato con su esposo, y quiere hablar del amor que hay entre ambos, le saca todas estas cosas, y eso no es hablar de amor, es hablar de sí misma, es un enfoque egoísta. Leyendo el Evangelio de hoy, Teresa se da cuenta de que nunca le pide al Señor amarle como Él le ha amado. Y si no lo hace Dios en ella ¿Quién lo va a hacer?
Raúl, su esposo, no está tan pendiente de lo que Teresa le da o lo que hace por él. De hecho, no está demasiado pendiente de Teresa. Al leer este Evangelio, también siente la necesidad de pedirle a Dios que le ayude a amar a su esposa como Él le ama. Tiene que estar mucho más volcado con ella, se lo merece. El Señor lo haría.

Ambos reconocen lo mal que lo hacen y cuánto necesitan del amor de Dios, cuánto necesitan recibirle en la Eucaristía, llenarse de Él en la oración y construir una intimidad juntos.

Madre,
El amor es lo más hermoso que existe, pero nos resistimos a entregarnos por miedo, por pereza, por egoísmo, por orgullo… Creemos que así nos defendemos de algo o conseguimos algo mejor y no nos damos cuenta del tesoro tan grande que nos perdemos: La experiencia de vivir el amor verdadero. Cristo lo hizo y Dios lo glorificó. Alabado sea nuestro Señor por siempre.

La alegría de Dios en nosotros. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 15, 9-11

EVANGELIO
Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
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La alegría de Dios en nosotros.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

¿Cómo permanecer en Tu amor Señor? Hoy nos lo dices: Guardando tus mandamientos. No son leyes sin más, son la clave de cómo amar de verdad para entrar en el Corazón de Dios y no salir para siempre, siempre. Veámoslas:

1. Amaras a Dios sobre todas la cosas: Pedro y María, tienen claro que sólo así, se llenan de Su amor, se quieren más el uno al otro y se quieren más a sí mismos. Por eso no dejan ni un solo día la oración. ¡Nada nos separara del amor de Dios!

2º Respetar el nombre de Dios y respetar también todas las personas y cosas de Dios. Pedro y María tienen un sacramento, son esposos en Cristo, y respetan por encima de todo a Cristo en su relación. Imagínate cómo se tratan…
¿Juramentos en nombre de Dios? no tenemos esa autoridad. Pedro y María saben que todo depende de Él, y le tienen un respeto enorme. ¡Solo Dios es Dios!.

3º Si amas a Dios deseas estar con Él y dedicarle el domingo y los días de fiesta de la Iglesia. Pedro y María no permiten que esos días haya una prioridad mayor que esa. Acuden a la iglesia deseosos encontrarse con Él, escuchar Su palabra en familia, con calma, alabarle, agradecerle. Descubren cómo Él los mantiene unidos.

4º Ama a tus padres, porque representan la Paternidad de Dios en la tierra y si no actuaron así, tienes que respetarlos igualmente, porque Dios quiso que te dieran la vida y te transmitieran Su imagen. Pedro y María honran a sus padres a pesar de los errores que cometieron con ellos, porque mucho más recibieron de ellos, tanto que nunca podrán devolvérselo.

5º Nadie tiene derecho, a quitar la vida a otro, ni a sí mismo. Pedro y María reconocen que su vida no les pertenece, porque ellos no se la han dado a sí mismos. Sólo Dios es el dueño de sus vidas. Tampoco critican a nadie, porque es una manera de robarle la dignidad que Dios le dio.

6º El mandamiento contra la pureza tiene más importancia de lo que parece, porque lo que hago con mi cuerpo, lo hago con toda mi persona, y afecta a todo mi ser. El cuerpo tiene un valor enorme, y es la capacidad de expresar a la persona. Cristo entrega Su cuerpo para salvarnos ¡Qué valor tan grande tiene! Que con él redime a la humanidad. ¿Qué hago yo con el mío?. Pedro y María tratan su cuerpo y el del otro con muchísima delicadeza. Es el que les permite entregarse, quererse… Es templo de Espíritu.

7º Ser justos con los bienes de Dios. No coger lo que no me corresponde. Pedro y María, son justos y generosos con los bienes que reciben de Dios, son para utilizarlos en Su nombre.

8º Decir siempre la verdad y esforzarnos por vivir en la Verdad. Pedro y María no quieren vivir mentiras, quieren vivir siempre de cara a la verdad, por dura que ésta parezca. Es mejor afrontarla y vivir una vida verdadera que vivir una vida falsa.

9º Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. El mal se cuela por los pensamientos y nos lleva a la acción. Pedro y María apartan inmediatamente los pensamientos que no son conformes a la palabra de Dios y así evitan muchas veces caer en la tentación.

10º Cuidado con lo que deseamos. Cada cosa que Dios nos da, tiene destinada una tarea para construir su Reino. Pedro y María no desean ya nada pensando en su propio beneficio, sino pensando en que el Reino de Dios llegue a este mundo para mayor gloria Suya.

En definitiva, todo se resume en Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Es como aquella frase de “Ama y haz lo que quieras”, porque no te vas a equivocar.

Y si alguna vez nos salimos de esta ley del amor, volvemos a ella pidiendo perdón a Dios en la confesión y a la persona que hemos herido, con la ilusión de la oportunidad que Dios nos da de empezar de nuevo.

La alegría de Dios está en Pedro y María, porque luchan por hacer todo esto ¿Qué más se puede pedir?.

Madre de los esposos: Ruega por nosotros.

Frutos de unión. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 15, 1-8

EVANGELIO
El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
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Frutos de unión.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Sólo el que permanece en la Palabra del Señor, da fruto. Sólo actuando con las armas de Dios, damos fruto. Y sus armas no son ni la violencia, ni el reproche, ni demostrarnos el uno al otro quien hace más… Las armas de Dios son la humildad, incluso la humillación por amor, la unidad, buscar el bien común y todo con Él, y en Él. Es cierto que sin Él, no podemos hacer nada. Nosotros lo hemos experimentado. Intentamos construir nuestro amor con la mejor de nuestras intenciones, y acabamos destruyendo a espuertas. Cuando Él nos rescató y cuando seguimos sus caminos, la cosa cambia radicalmente.

Una historia:
Ella cree que deben coger un apartamento de verano. Él cree que es demasiado caro. En algún momento discuten, hasta que se dan cuenta de que no deben ser los criterios de ella ni los de él, sino los de Dios. Así que deciden ponerlo en Sus manos ¿Cómo? Fijan un precio máximo bastante bajo. De repente, ella va buscando y ve uno que no se alquila para temporadas cortas, pero pregunta y justo se va un inquilino de larga duración. Así que está disponible. Los dueños adecentan el apartamento, y se van a veranear. Los niños encuentran su sitio, un grupo de amigos perfecto en el recinto cerrado de los apartamentos. Y ellos, se pasan las tardes y las noches con unas tertulias maravillosas rezando y mirando al mar. Aquellas vacaciones les unieron muchísimo, porque las pusieron en las manos del Señor, rezaban a diario juntos e iban a la Eucaristía juntos. Aquella vacaciones dieron frutos de unión abundantes. Bendito sea Dios.

Madre,
Siempre que no confiamos en el Señor, nos va mal, y sin embargo, cuando confiamos en Él, todo va a pedir de boca. No queremos dejar de hacerlo Madre. Él es nuestro alimento, es nuestra meta, nuestra Vida. Alabado sea mi Señor por siempre. Amén.