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Evangelio del día.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,25-27
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Pequeñitos, pero muy juntitos
Señor, hoy me muestras que para conocer a Dios tenemos que hacernos pequeños, humildes. ¡Cómo nos conoces! Cuando descubrimos los dones que Tú nos das y los utilizamos mal, nos creemos “sabios y entendidos“ y qué fácil caemos en el orgullo, la soberbia. Y detrás, viene la
envidia, la ira…
Lo mismo con nuestro esposo, cuántas veces nos creemos mejores que
nuestro esposo… Pero Tú nos pides que tenemos que ser humildes, pequeños, necesitados, porque así lo has querido Tú, que nos necesitemos el uno al otro. Y de esa mutua fragilidad, si con humildad nos apoyamos y nos acogemos el uno al otro, cada vez iremos conociéndonos más y entonces surgirá la unión, la Comunión a la que
estamos llamados.
Pero el camino no es fácil. Solos no podemos, por eso, Tú sales a nuestro encuentro y por nuestro Sacramento nos das la Gracia, la fuerza para ir superando nuestro orgullo. Poco a poco nos muestras tu
humildad, para hacernos pequeñitos, pero muy juntitos.
Hoy, que celebramos la advocación de Nª Sª del Carmen, nos fijamos en
la humildad de Nuestra Madre, para que Ella nos enseñe.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Julia: ¡Qué vértigo! Sólo hace tres meses que hicimos el retiro de Proyecto Amor Conyugal y en la próxima reunión del Grupo de Catequesis nos toca exponerla… ¡Pero si no tenemos ni idea!
Antonio: La verdad es que sí, que da vértigo, no tenemos formación. Y hay gente muy formada…
Julia: También es cierto que nos han dicho que no nos preocupemos, que sólo tenemos que leer la catequesis, rezarla juntos durante todo el mes y tratar de hacerla vida…
Antonio: Es verdad, nos lo dicen siempre, que no se trata de una clase magistral. Y esto lo entiendo, jajaja, nosotros de «magistrales» no tenemos mucho…
Julia: Sí, pero tenemos mucha ilusión en este nuevo camino que hemos empezado. Vamos a seguir como hasta ahora, a tratar de vivir durante el mes lo que nos dice la catequesis en nuestro día a día, en nuestra
vida cotidiana, en las cosas pequeñas, apoyándonos en la oración conyugal y en los sacramentos.
Antonio: Es verdad, en las anteriores, lo que han expuesto era como les había ayudado en su matrimonio lo que la catequesis decía, como la
habían aplicado en su día a día. Eran muy experimen…, bueno, como se diga…
Julia: Experienciales, experienciales… y, precisamente, ya tenemos
«experiencia» en estos tres meses: de hacer oración juntos (cosa que no hacíamos antes…), de ver como ya hacemos algunas cosas de otro modo, nos miramos de otro modo… Y sobre todo, de cómo nos vamos conociendo en la oración conyugal y cómo vamos conociendo al Señor.
Antonio: Es verdad ¡Qué maravilla! Y cuánto nos queda por aprender, vivir, rezar… Tenemos que darle muchas gracias al Señor y a Nuestra
Madre por rescatarnos.
Julia: Sí, ¡gracias Señor, gracias Madre!
Madre,
Gracias por este camino que has suscitado a la Iglesia, gracias por tu Sí, gracias por el Sí de tantos matrimonios que hacen posible Tu Proyecto.
¡Te alabamos y te damos gracias Señor por darnos a Tu Madre!


Señor: Pilar y yo, hemos recibidos los sacramentos; hijos tuyo, Eucaristía, Confirmación y Matrimonio. Nos entrega tus Dones del Espíritu Santo y los recibimos con la inocencia espiritual de los niños que sienten que el Padre esta con ellos.
Dios ésta con nosotros y la Virgen, en su advocación del Monte del Carmelo, nos aconpaña en este Proyecto de Amor Conyugal. Te damos Gracias y pedimos tu bendición para todos los Matrimonios del mundo. AMÉN.