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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según San Juan 3, 13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no mandó su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él»

La vida bella.

Hoy celebro la fuente de la buena vida. La vida verdadera. La vida más bella.Hoy exalto la forma de vivir que Jesús me enseña a través de Su Espíritu. Naciendo en mi interior por el bautismo. Creciendo en la Eucaristía. Amando en el matrimonio. Sanándome en la confesión.
Hoy proclamo un modo de morir que dispone mi alma a Su acción, a Sus mociones, a Sus dones, a Su vida, a través de los frutos/ sacramentos de Su entrega.

Aterrizado a la vida Matrimonial:

Jorge: Cielo, ¿recuerdas qué día es hoy?
Natalia: Pues no caigo.
Jorge: Hoy se cumplen cinco años del día que salió a la luz mi adicción. Del día que pudiendo ser el peor de mi vida se convirtió en el primer día de mi nueva vida. Y todo te lo debo a ti. A cómo me acogiste a pesar del dolor que te causé.
Natalia: Qué feliz y orgullosa estoy de ti cariño. Pero te equivocas en una cosa. A quien se lo debemos es a nuestro Dios que con Su muerte traspasó nuestras tinieblas y nos abrió las puertas a Su vida.
Jorge: cielo, cuanto aprendo de ti. Tu mirada es el lugar donde Dios me habla y me sostiene. Te quiero tanto.
Natalia: Amándote es mi modo de dejarme amar por Él.

Madre,

Bendito y alabado sea el fruto de tu vientre Jesús, que con Su Sangre nos redimió.