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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 31-37
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.
Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz: ¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús le increpó diciendo: «¡Cállate y sal de él!»
Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.
Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí: «¿Qué clase de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen».
Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.
Autoridad en la Verdad.
Qué impactante debía ser escuchar al Señor cuando enseñaba en la sinagoga. ¡Qué afortunados fueron los que vivieron en aquella época! Pero el Señor no sólo enseñó para entonces, sino que sus enseñanzas duran hoy y siempre.
Nos llama la atención un detalle, cuando dice: “su palabra estaba llena de autoridad”. Nosotros somos testigos del Señor y de Su Gloria y, por este motivo, podemos hablar también con esa autoridad, no hablamos de lo que nos parece o damos discursos para que nos escuche mucha gente o para ser importantes, sino que proclamamos la VERDAD y ésta, por sí misma, tiene autoridad.
La sola presencia de Cristo debía de imponer y eso es a lo que debemos aspirar, a estar tan unidos a Él que nuestra vida sea un reflejo de la vida de Cristo, debemos tener esa autoridad en nuestra propia vida y eso se consigue con una coherencia y unidad en todo, no podemos decir una cosa y hacer otra, sino que hablamos de lo que vivimos, porque vivimos unidos al Señor.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
(Javier y Cristina están con sus hijos cenando)
Javier: Hijos, sabéis que vuestra madre y yo os queremos muchísimo y, por este motivo, a veces no os dejamos hacer algunos planes con vuestros respectivos novios, planes que según vosotros “todo el mundo” hace. Queremos que os forméis para que, el día de mañana, seáis unas personas y unos esposos bondadosos, caritativos, honestos… que sepáis discernir lo que está bien y lo que está mal a la luz del Evangelio.
Cristina: Lo que quiere decir papá, es que os hemos recomendado acudir a los grupos de catequesis para novios de Proyecto Amor Conyugal en la parroquia para que podáis aprender cuál es la VERDAD de la que parece será vuestra vocación.
Javier: Mamá tiene razón, cuando tengáis esa base sólida, podréis ser verdaderamente libres, construir un matrimonio sobre roca y también podréis argumentar con autoridad el porqué de las cosas ante vuestros amigos; no significa que os vayan a entender, pero sí podréis ser luz y ayudarles a ir por buen camino.
Cristina: Sabemos que a veces resulta difícil e, incluso, podéis perder alguna amistad, porque la Verdad en este mundo no siempre está bien vista, pero vosotros tendréis paz y la seguridad de hacer lo que Dios quiere de vosotros en cada momento.
Madre,
Te pedimos que nos ayudes a ser muy fieles al Señor y así poder vivir con esa autoridad digna de los hijos de Dios. Alabado sea el Señor que nos muestra la Verdad.

