Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

Evangelio del día
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 9,1-6
En aquel tiempo, habiendo convocado Jesús a los Doce, les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.
Luego los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:
«No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno.
Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.
Y si alguno no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como testimonio contra ellos».
Se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.
Libres y confiados.
Hoy en día nos gusta tener todo bajo control, todo asegurado, atado y bien atado, queremos vivir tranquilos y así contratamos todo tipo de seguros; de vida, de muerte, de coche, de hogar, de viaje, de salud, de mascotas…. En fin, nos gusta vivir seguros…
Jesús en cambio nos envía sin bastón, sin alforja, sin pan, ni dinero, ni túnica de repuesto…Aparentemente nos envía sin nada. Pero lo que El Señor nos pide es que pongamos sólo en Él nuestra confianza, y esto es profundamente liberador.
Lo que hace fecunda una palabra, una visita, una sonrisa, no somos nosotros, sino el Espíritu Santo actuando a través de nuestra pobreza. San Pablo lo explica con una imagen preciosa: “Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros.” (2 Corintios 4,7). Ese tesoro es Cristo en nuestro matrimonio. Aunque seamos frágiles, aunque no tengamos nada, Él hace brillar su amor en nosotros y en nuestra pobreza brilla más claramente su providencia.
Este evangelio nos obliga a revisar nuestras seguridades, ¿cuántas veces posponemos el bien por sentirnos “no preparados”? ¿cuántas veces pensamos: cuando tenga más tiempo, más conocimientos, más estabilidad… entonces sí podré…
Esposos ¡tenemos una misión! Somos enviados a anunciar la Belleza del Matrimonio cristiano y la buena noticia del Reino de Dios en nuestras familias. No necesitamos más que el Amor de Dios entre nosotros, no es cuestión de argumentos, sino que al vernos puedan decir como decían de los primeros cristianos “mirad como se aman”.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Clara: ¿Te diste cuenta de lo que me dijo ayer tu hermana?
Luis: ¿Qué te dijo?
Clara: Que le llamó la atención cómo me mirabas mientras hablábamos en la cena. Que parecía que estabas escuchando con todo el corazón.
Luis: Pues no hice nada especial…
Clara: Para ti será natural, pero para otros es raro. Parece que es más habitual lo contrario, que los matrimonios se hieran con palabras, se ignoren… y resulta que nuestra forma de tratarnos también habla de Dios.
Luis: ¿Entonces… evangelizamos sin darnos cuenta?
Clara: Eso parece…además me dijo que les dio mucha esperanza ver que es posible un amor así y que le entraron ganas de querer quererse más…
Luis: ¡Y pensar que lo único que hice fue mirarte como siempre!
Clara: Esto como dices lo hemos hecho sin darnos cuenta, ahora toca ser conscientes y comprometernos con nuestro párroco, que lleva tiempo queriendo empezar un grupo de matrimonios y necesita alguien que le ayude a arrancar y acompañar.
Luis: Bueno, no tenemos nada de experiencia en estas cosas, vamos con lo justo; nuestra disponibilidad y nuestra mirada, jajajajaja…¡vamos!
Madre,
Danos un corazón misionero. Llevamos un tesoro en vasijas de barro, pero no vamos solos, tú nos guías y nos acompañas y al final Tu Inmaculado Corazón triunfará. ¡Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros!


Un testimonio muy hermoso, y que bueno que sin darnos cuenta fueron testimonio de Cristo