¡Te pillé! Comentario para Matrimonios: Lucas 21, 34-36

EVANGELIO

 

Estad despiertos, para que podáis escapar de todo lo que está por suceder.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.

ANUNCIOS EN

FUENGIROLA: 25 Nov parroquia Ntra. Sra del Carmen a las 19:45.
MÁLAGA: 3 Dic
 Parroquia San Gabriel, a las 20:30.

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¡Te pillé!

Cuando el corazón está embotado con las cosas de este mundo, entonces estamos ciegos ante las cosas de Dios. Tenemos un alma adormecida que mira y no ve, oye y no escucha… ¡Despertad! Y ¡manteneos despiertos! Nos dice hoy el Señor, para que podamos ver lo que hay detrás de esos signos externos que nos puedan estremecer o inquietar. Cuando el alma está despierta, se mantiene en pie ante las dificultades e incidencias de la vida.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Carlos: Marta, de un tiempo a esta parte se me han abierto los ojos y puedo ver lo trascendental en mi vida con más claridad casi que lo que puedo ver con mis ojos.
Almudena: No sé si llego a entenderte bien. ¿Podrías ponerme algún ejemplo?
Carlos: Sí, claro. Mira, antes, cuando me juzgabas por algo que no había hecho, me revelaba y me defendía para no dejarme humillar por ti. Ahora en cambio, veo que Dios permite esa situación para ayudarme a ser más humilde. Antes veía la perfección en tener mis capacidades desarrolladas al máximo nivel de rendimiento. Ahora sé que la perfección está en ser humilde para saberse necesitado de Dios.
Almudena: y ¿cuál es la ventaja de la humildad? En este mundo no se puede ir de humilde o te pisotean.
Carlos: No, porque con la humildad atraes el poder de Dios que actúa a través de ti. ¿Qué mejor influencia que la Suya?
Almudena: A eso le llamo yo jugar en el equipo ganador. Pondré en práctica eso que me dices, yo también quiero crecer en humildad. ¿Puedes juzgarme injustamente un ratito para que lo pruebe? Jajaja
Carlos: Anda, mira que eres tontorrona… Jajaja. Por cierto, ¡Te has comido el trozo de tarta que me guardé para la merienda!
Almudena: ¿Yo? ¡Qué va! Habrá sido alguno de los niños.
Carlos: Ah ¡Te pillé! Acabas de desaprovechar un juicio injusto. Jajaja
Almudena: No vale… eso se avisa. Jajaja
César: ¡Ey! ¡Mamá! que te he oído… así que echándome a mí la culpa ¿eh?
Todos: (Ríen)

Madre,

Mantén nuestras almas despiertas y atentas a las cosas de Dios. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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