¡Rumbo fijado! Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 1, 26-38

EVANGELIO

Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor.

Nota: Retiro para matrimonios en Madrid 2 a 4 de febrero. Se abrirá la inscripción mañana día 21 a las 10h. En el comentario del Evangelio de mañana pondremos el enlace para realizar la inscripción. Se respetará el orden de inscripción de aquellos que paguen el importe total del retiro. Los niños se aceptarán sólo en los casos en que no tienen más opción que llevarlos para poder asistir. Hay muy pocas plazas para niños porque tenemos que intentar dar servicio al máximo número de matrimonios posible.

¡Rumbo fijado!

Es el “Sí” lo que marca la diferencia. Luego ya, se encarga Dios de todo. Hoy hablábamos con un esposo que dice “no”. No a su vocación de entregarse a su esposa, porque está muy dolido con ella. Le ha dicho cosas muy duras con mucho desprecio y está cansado de luchar, dice, aunque en realidad está cansado de tirar hacia su lado mientras su esposa tira hacia el suyo, en lugar de luchar por su matrimonio. En cambio, hemos visto a otros matrimonios decir “Sí”, turbados quizás, pero dicen un “sí” definitivo. Como decía Santa Teresa, con “una determinada determinación”. Lo importante es “fijar el rumbo” y ese rumbo es el “sí” a Dios, a su llamada. Luego pasaremos tormentas, calma chicha o lo que haya que pasar. Pero más deprisa o más despacio, avanzaremos en la dirección de Su voluntad. Allí nos espera el gran abrazo del Padre.

Y ¿cómo se fija el rumbo? Antiguamente los timoneles ataban el timón para que no se moviese. Puede que antiguamente en la Iglesia, también se estableciesen normas muy estrictas que impedían que uno se moviese de la foto. Ahora, se establecen unas coordenadas GPS fijas para que no se desvíe la nave o recalcule la ruta si se desvía porque una tormenta la ha sacado del rumbo fijado. El Evangelio de hoy me lleva a pensar dónde tengo yo puestas mis coordenadas. El GPS conyugal, tiene una peculiaridad sobre cualquier otro GPS del mercado, y es que, estés donde estés, el destino viene prefijado. Y se llama COMUNIÓN conyugal.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Matrimonio custodio: Dinos Paco ¿Cómo vais?
Paco: Pues tengo muchas dudas. Mi esposa tiene problemas con mi familia de origen, y yo no lo entiendo. El trabajo me absorbe mucho tiempo, y mi mujer no lo entiende. Mi mujer está muy pesada con eso de que recemos juntos, y yo no lo entiendo. Tenemos problemas con nuestro hijo mayor, que está muy rebelde, y yo estoy siendo más exigente con él, y mi esposa no lo entiende… y así todo.
Matrimonio custodio: Y ¿Cuál es vuestro objetivo? El mío es que mi mujer esté a gusto con mi familia, que comprenda que el trabajo es duro y que no me queda más remedio que echar horas, que en la oración hay que ir poco a poco y no presionar tanto ni agobiar, y que a nuestro hijo no se le puede mimar porque se sube a las barbas.
Matrimonio custodio: Te habíamos preguntado por vuestro objetivo, no por el tuyo. Porque lo primero es tener un objetivo común ¿No te parece? Imagínate la escena de dos bueyes tirando cada uno para un lado ¿Qué pasa con el arado?
Paco: Que no va a ningún lado.
Matrimonio custodio: Exacto, y encima, acaban los dos bueyes exhaustos de tanto esfuerzo.
Paco: Entonces ¿Cuál debe ser nuestro objetivo común?
Matrimonio custodio: La comunión. Que os entreguéis y os acojáis mutuamente, buscando el bien común. Así, por ejemplo, en la cuestión de la familia de origen, tú no estás buscando vuestro bien, sino el de tu familia. Eso es un error. En el trabajo estás buscando el bien de tu empresa, no el de tu matrimonio, segundo error. En la cuestión de la oración, te estás buscando tú y tus criterios, tercer error. Y en la cuestión de vuestro hijo, no podéis imponeros la manera de educar, tenéis que pensar los dos qué quiere darle Dios en estas circunstancias, ya que en realidad es Su hijo. ¿Entiendes? Fijad el rumbo hacia vuestra comunión.
Paco: Entiendo. ¡Rumbo fijado!, mi capitán.

Madre,

Como somos muy marianos, sentimos debilidad por este Evangelio. Me he emocionado muchas veces imaginarte, recibiendo la visita del ángel, con esa dulzura, con esa ternura, con esa fe… El Padre tenía que estar recreándose en la escena, viéndote a Su elegida, turbada pero enamorada, dándole un Sí incondicional. Enséñame Madre a dar ese “Sí” a la llamada de Dios, contigo. Amén.

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