Renuncia y goza. Comentario para Matrimonios: Marcos 10, 28-31

EVANGELIO

Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 28-31

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más – casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones -, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».

Palabra del Señor.

 

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Renuncia y goza.

Este Evangelio se cumple. Soy testigo de ello. Dios es infinitamente más generoso que nosotros, y lo demuestra constantemente.
Obviamente, Jesús no nos pide que demos la espalda a nuestras responsabilidades ante los demás, eso sería antievangélico, pero sí nos pide que renunciemos a nuestros apegos hacia ellos. Sigue habiendo hijos apegados a sus padres, padres apegados a sus hijos, hermanos… que mantienen una relación inapropiada y abandonan sus obligaciones de estado en cuanto a su vocación de esposos.
La palabra clave de este Evangelio es: “Renuncia”, porque sólo por el camino de la renuncia se hace posible la unión, y los frutos de la le renuncia por el Señor, son los frutos de Espíritu Santo, que obviamente son infinitamente más grandes y más hermosos que los frutos de la carne. Cada vez que renuncio, dejo libre al Espíritu para que actúe y recibo cien veces más, en este tiempo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Teresa: Yo es que estoy tan a gusto con mis padres y hermanos. Siempre hemos estado tan unidos… En cambio, con mis suegros, no estoy nada cómoda. No me siendo querida ni aceptada. Hoy mi madre me ha ofrecido que vayamos a comer, pero yo sé que mi esposo quiere ir a ver a sus padres, que ya hace tiempo que no vamos, y esa es mi prioridad, aunque a mi madre le dé pena que no vayamos.
(Después de la cita con los padres de él)
Rafa (esposo de Teresa): Cariño, muchas gracias. Sé que has venido por mí, porque te cuesta. Además has estado muy participativa, para hacer la reunión más agradable. Me he sentido muy querido. Así que, ponte guapa que te invito a cenar ¡en tu restaurante preferido!
Teresa: ¿Y vas a dejar a los niños solos? ¿Tú? ¿Qué te ha pasado?
Rafa: Que me he dado cuenta de que mi prioridad eres tú. Ellos ya son mayorcitos y se las apañarán bien. Al pequeño Álex le costará más dormirse hoy, pero debe ir acostumbrándose. Sus hermanos le cuidarán. Esta noche, ¡es para ti!

Madre,

Descubriremos quiénes somos cuando seamos capaces de renunciar a todo por darnos completamente. Dios nos da un poder grande, el de ser dueños de nuestra entrega, porque entregarme yo, es estregar todo lo que Dios quiere. Alabado sea el Señor que siempre nos da cien veces más.

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