¿Quejas contra mí? Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 20-26

Nota: Consulta calendario de misiones del Proyecto aquí: https://wp.me/P6AdRz-D1

EVANGELIO

Vete primero a reconciliarte con tu hermano.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra del Señor.

  • Nota: Anuncio en Toledo (Sonseca): 7 de marzo de 2020 a las 18:00h Parroquia S. Juan Evangelista (C/ Remedios 2 – Sonseca) 

¿Quejas contra mí?

Así nos ama Dios. Hasta el punto de que no permite que nadie me llame necio o imbécil, porque lo considera tan grave que el que lo haga merece condenarse. ¡Impresionante! Podría parecerme un poco exagerado, porque quizás estoy habituado a ofender a mi esposo sin darle importancia. Pero hoy el Señor me dice que si mi justicia no es mayor que la de los fariseos, es decir, que si practico la típica justicia terrenal al uso, no entraré en el reino de los cielos. Pues lo tengo mal, creo yo…

Antes de ir a comulgar, he de revisar si mi esposo “tiene quejas contra mí”. No si yo las tengo contra él o ella. No, si las tiene contra mí aunque no me sienta culpable, porque si es así, estoy obligado a reconciliarme con él/ella antes de acercarme a recibir al Señor. Esta es la medida del amor de Dios, esta es la medida del perdón de Dios: En Cristo, pide perdón por las ofensas que no cometió y perdona a los que no le piden perdón. Así es la justicia de Dios.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Matrimonio Tutor: ¿Te has reconciliado ya con tu esposo?
Marga: No. No puedo. Me ha hecho mucho daño.
Matrimonio Tutor: Y él ¿Tiene algo contra ti?
Marga: Sí, sobre todo se queja de que no le perdono.
Matrimonio Tutor: No se puede amar si llevas cuentas del mal. Tu esposo merece ser restituido en su dignidad, y Dios le quiere demasiado como para permitir que no le perdones y le mantengas enterrado bajo su pecado.
Marga: Ya, pero es que no siento que le haya perdonado.
Matrimonio Tutor: Tú perdónale y ya gestionarás tus sentimientos heridos, que no tienen nada que ver con el perdón. Reconciliarse significa volver a unirse, porque Dios nos quiere así, unidos, para poder seguir unidos a Él.
Marga: O sea, que no es una cuestión de sentimientos, es una cuestión de voluntad.
Matrimonio Tutor: Correcto. Si Dios tuviese en cuenta todas las heridas que le infringimos, estaríamos aviados. Él tiene el corazón atravesado y rodeado de espinas, tiene las llagas en sus manos y pies, pero aun así, elige seguir unido a nosotros porque no se preocupa de Su dolor, sino de nuestro bien.

Madre,

Nuestra justicia necesita una conversión, transformarse en la justicia de Dios. Madre, enséñanos a querernos tanto que dejemos de medir lo que mi esposo se merece o deja de merecerse. Simplemente miremos su bien, y nuestra unidad, que es lo que Dios espera que hagamos. Alabado sea el Señor que tanto nos ama y nos enseña el verdadero amor.

4 comentarios en “¿Quejas contra mí? Comentario para Matrimonios: Mateo 5, 20-26

  1. María

    ¡Mil gracias! Me ha ayudado mucho haciéndome ver que el perdón ha de ir mucho más allá de la idea de justicia que yo tenga, al ejemplo de Dios con nosotros, y que es una cuestión de voluntad y no de sentimientos, que luego ya tendré que gestionarme. ¡Dios les bendiga por este maravilloso apostolado!

    Responder
  2. Lola Isabel

    Es fantástico saber que el perdón es cuestión de voluntad, en realidad es un entrenamiento, y si sabemos poner nuestra mirada en Cristo es mucho más fácil perdonar al estilo de Dios, el Amor que no lleva cuentas de nuestros fallos.
    Gracias Bendita Madre por mediar por los esposos, siendo la «artífice» de este bendito proyecto (PAC) !!!

    Responder
  3. Trini

    No siempre es cuestión de voluntad. La voluntad está en pedirle al Señor y a la Virgen que sean ellos los que nos concedan el don de no juzgar y de perdonar.
    Para mi muchas veces ha sido imposible por mi misma pero otras veces que se lo he pedido al Señor me lo ha concedido .
    ¡Bendito sea el Señor!

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *