Necesidades prioritarias. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 14, 1-6

EVANGELIO

¿A quién se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca en día de sábado?
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 1-6

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos lo estaban espiando.
Había allí, delante de él un hombre enfermo de hidropesía y tomando la palabra, dijo a los maestros de la ley y a los fariseos:
«¿Es lícito curar los sábados, o no?».
Ellos se quedaron callados.
Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió.
Y a ellos les dijo:
«¿A quién de vosotros se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca en seguida en día de sábado?»
Y no pudieron replicar a esto.

Palabra del Señor.

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Necesidades prioritarias.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Jesús se vuelca con el necesitado. Las debilidades o necesidades de los que le rodean, están por encima de las leyes o demás obligaciones. Me pregunto si yo estoy pendiente de las necesidades de mi esposo, para atenderlas por encima de todo lo demás. De hecho, mi esposo tiene necesidades que solamente yo puedo atender. ¿Le estoy dando la prioridad que merece? Cristo quiere atender las necesidades de mi esposo por encima de todo ¿Voy a responder?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Andrés: (Rezando) Señor, me doy cuenta de que no estoy atendiendo las necesidades de mi esposa. Voy a ocuparme de ella.
(Llega a casa) Teresa, te invito a cenar esta noche. Me gustaría charlar contigo un buen rato, quiero saber de ti, de tus cosas…
Teresa: ¡Uy! Eso suena muy bien. Me encanta la idea.
Andrés: Fenomenal! Pues colocamos a los niños, nos arreglamos y nos vamos.
(En la cena)
Andrés: Bueno Teresa, háblame de ti. Te veo un poco triste últimamente. ¿Qué te pasa? ¿Cómo te puedo ayudar?
Teresa: Sí. Me siento un poco sola. He pasado por varios momentos duros en mi vida y tú no has estado conmigo, no te he sentido a mi lado… Tengo esas heridas y necesito sanarlas contigo…
(Andrés en algún momento sintió la necesidad de justificarse, de demostrar que no ha estado lejos de ella, pero había descubierto que eran las heridas de ella y que sanarlas era más importante que él y sus razones. Así que la escuchó hasta el final, la consoló y la animó comprometiéndose a estar más pendiente de ella y ofreciéndose a hablar juntos siempre que lo necesitase. Aquel día, Andrés atendió a su esposa como Cristo quiere).

Madre,

A veces miro a mi esposo y no soy capaz de descubrir a esa persona necesitada que tengo a mi lado. A veces no veo más que esas quejas que tanto me molestan y no comprendo que si se queja es porque algo necesita. A veces me olvido de que Cristo no permitiría que mi esposo se quedase con esas necesidades sin satisfacer, y me regañaría si diese prioridad a otras cosas antes que a atenderle. Dios se inclina hacia las necesidades de mi esposo, Dios me empuja a ocuparme de él/ella. Mi esposo me necesita y Dios me necesita. Alabado sea el Señor que me enseña a amar.

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