Muy especial. Comentario para Matrimonios: Mateo 4, 18-22

EVANGELIO

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.

Palabra del Señor.

 

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Muy especial.

Hoy es San Andrés Apóstol, y el Evangelio relata su llamada. En otro relato, cuenta el primer encuentro de Andrés con Jesús, y cómo el apóstol recordaba hasta la hora en que sucedió. Debió ser una experiencia muy especial para él, que le llenaría el alma de felicidad y de gozo. La llamada de Dios es así, personal, a un plan exclusivo y grandioso.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Marta: Jose, ¿cómo viviste tú la llamada de Dios a tu vocación?
José : ¿Cómo la viví? Maravillosamente. Recuerdo el día que nos conocimos, fue el día que menos me esperaba, y resultó ser muy especial. ¿Recuerdas? Estaba bailando y llegaste tú. La verdad es que nos lo estábamos pasando genial, haciendo el tonto y partidos de risa… Y te vi acercarte desde lejos. Me quedé impresionadísimo por tu belleza. Me pregunté ¿Qué hace una chica tan preciosa en este sitio? Aquel día estuvimos de broma y nos reíamos. Me encantó tu dulzura, tu mirada, tu inocencia… Pero yo había quedado con mis padres en ir a cenar, así que me tuve que marchar. Cené a traganudo y volví, tan rápido, que me pasó lo que nunca me había pasado: Me caí por las escaleras…
Marta: Yo recuerdo el día que me hablaste de boda por primera vez. Fue al poco de conocernos. Me sorprendió mucho que lo tuvieras tan claro.
José: Sí. Había algo (ahora sé que es Alguien) que me decía que ibas a ser mi esposa. También recuerdo el día de nuestra boda como algo increíble. Era mi llamada, que me llenó el alma de alegría y de gozo. Estaba pletórico.
Marta: Sí, nunca he ido a una ceremonia de boda tan bonita como la nuestra. Y además, la homilía ha significado mucho para nosotros ¿Verdad?
José Luis: Sí. Parecía que nos hablaba de muchas cosas que estamos viviendo ahora. Estábamos llamados a ello, y nosotros a por uvas…
Marta: Jajaja, sí. Pero qué importante es renovar esa llamada. Mantener la ilusión. Revivir aquellos momentos pero desde nuestra madurez. Responder a aquella llamada con un amor cada día más verdadero, más profundo, más como Dios quiere.

Madre,

Doy gracias a Dios por mi vocación. Sé que la he “maltratado” muchas veces y he renegado de ella. Lo digo con tristeza, porque sé que ha sido por la dureza de mi corazón. Pero Madre, reconozco en ella una llamada muy especial de Dios a algo de lo que no soy digno. ¡Alabado sea el Señor!

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