Misioneros contemplativos. Comentario para Matrimonios: Lucas 10, 25-37

EVANGELIO

 

Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42

En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose. dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; sólo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

Palabra del Señor.

 

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Misioneros contemplativos.

Trabajar en el mundo y mucho más evangelizar en el mundo sin ser contemplativos nos lleva a ahogarnos entre afanes, y no llevamos la acción de Dios en nuestra actividad. Eso provoca entre nosotros rencillas, disensiones… obras de la carne, en definitiva.
Si estamos inquietos y preocupados con muchas cosas es porque no hay tiempos de contemplación a diario. Porque esa es la parte mejor del día, la única necesaria y no se nos será quitada. Todos nuestros trabajos pasarán, pero la contemplación permanecerá para la eternidad.

Aterrizado a la vida matrimonial:

María: Carlos, tengo como una angustia interior casi constante porque no llego a todo lo que tengo que hacer. Y claro, no tenemos tiempo para rezar juntos ni estar juntos tú y yo.
Carlos: ¿Te acuerdas de lo que nos dijo aquella monja que nos vio rezando en la capilla de Fátima? Nos dijo: “Seguid, seguid rezando juntos, porque muchos matrimonios no rezan juntos porque no tienen tiempo y no saben la cantidad de tiempo que pierden por no rezar juntos.”
María: Es verdad… me acuerdo y eso es lo que yo estoy viviendo. También me acuerdo de la frase de San Juan Pablo que decía que la oración juntos hace el matrimonio más fuerte que la muerte.
Carlos: Al fin y al cabo, eso haremos juntos para toda la eternidad: Contemplar a Dios. ¿Empezamos esta noche?

Madre,

Contemplar al Señor en medio del mundo es posible. Pidamos al Señor que podamos vivir esa clausura espiritual por la que estemos en el mundo en la contemplación constante de Dios.

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