Me lanzo. Comentario para Matrimonios: Juan 15, 12-17

Para ver los próximos RETIROS Y MISIONES haz click AQUÍ

 

 

EVANGELIO

 

Esto os mando: que os améis unos a otros
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

Palabra del Señor.

Me lanzo.

Señor, ya no es amar a mi esposa como a mí mismo, Tú subes el listón y nos mandas amarnos como Tú nos has amado. Es un mandato del que depende nuestra permanencia en Ti. Pero cuando me pides tanto, es porque estás dispuesto a hacerlo posible. Así que, Señor, yo pongo todo de mí y espero tu gracia. Me lanzo al vacío con todo, aunque haya cosas que no entienda o situaciones donde me parezca injusto, porque mi enemigo no es mi esposo, es el diablo. Me lanzo porque es Tu palabra y Tu palabra no puede fallar. Así sea.

Aterrizado la vida matrimonial:

Teresa se da cuenta de que muchas veces está mirando cuánto se entrega a ella su esposo, para corresponderle en la misma medida. Se da cuenta de que sin querer se le va la atención hacia los momentos en que su esposo falla a su compromiso de amor que asumió con ella. Y los pensamientos que alberga nada tienen que ver con el amor. Cuando se sienta un rato con su esposo con el propósito de construir un amor entre ambos, le saca todas estas cosas y eso no es hablar de amor, es hablar de sí misma. Leyendo el Evangelio de hoy, Teresa se da cuenta de que nunca le pide al Señor amarlo como Él la ha amado. Y si no lo hace Dios en ella ¿Quién lo va a hacer?
Raúl, su esposo, no se da cuenta de sus fallos, pero en cambio, ver clarísimo los de su esposa. Al leer este Evangelio, también siente la necesidad de pedirle a Dios que le ayude a amar a su esposa como Él lo ama. Tiene que estar mucho más centrado en amarla a ella porque ella, se lo merece. El Señor así lo espera.
Ambos reconocen cuánto necesitan del amor de Dios, y de construir una intimidad juntos.

Madre,

El amor es lo más hermoso que existe, pero nos resistimos a entregarnos por miedo, por pereza, por egoísmo, por orgullo… Creemos que así conseguimos algo y no nos damos cuenta del tesoro tan grande que nos perdemos: La experiencia de vivir el amor verdadero. Cristo lo hizo y Dios lo glorificó. Alabado sea nuestro Señor por siempre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *