Los “atletas” de María. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 8, 23-27

EVANGELIO

Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma

Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 23-27
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.
Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole:
-«¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!»
Él les dijo:
-«¡Cobardes! ¡Qué poca fe!»
Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.
Ellos se preguntaban admirados:
-«¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»

Palabra del Señor.

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Los “atletas” de María.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Los Padres de la Iglesia, siempre han identificado la barca con la Iglesia. Nosotros buscaremos el paralelismo con la familia, como Iglesia doméstica.
Es verdad que la familia hoy está muy desprestigiada, pero Cristo ha elegido algunas familias, los que estamos leyendo este comentario y muchos otro más, para que le sigamos. En palabras de S. Juan Crisóstomo, somos sus “atletas”, a los que prepara para la recuperación de la institución familiar.
“La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad” (Catecismo 2207). Esta es nuestra responsabilidad, queridos esposos, según el catecismo.
No es fácil. En la travesía tendremos que pasar muchas tormentas como la del Evangelio de hoy. Pero sabemos que debemos ni envanecernos cuando las cosas salgan bien, ni ser cobardes y tener fe en el Patrón de nuestra barca familiar.

Aterrizado a la vida matrimonial:
Beatriz: Es horrible, cómo están las cosas. Cada vez se divorcian más matrimonios. La familia está destruida y parece que Dios no hace nada.
Jorge: Pues sí, pero, a mí me da mucho coraje hablar de lo mal que están las cosas y que no estemos haciendo todo lo que esté en nuestra mano.
Beatriz: Tienes razón. Nosotros tenemos la suerte de estar con el Señor y estar aprendiendo sobre la verdad del matrimonio. No podemos quedarnos con este tesoro sólo para nosotros.
Jorge: Por otro lado, creo que no estamos preparados. Nosotros mismos seguimos luchando, seguimos teniendo dificultades…
Beatriz: Pues tenemos que confiar en el Espíritu Santo. Él nos guiará, y nos dará fuerzas. La Virgen necesita un ejército dispuesto a darlo todo. Ella hará el resto.
Jorge: Tienes razón, debemos tener fe en que todo el cielo estará de nuestro lado. La evangelización es así. Medios de barro para proclamar la Buena Noticia, en este caso, la buena noticia del Matrimonio.
Beatriz: Entonces ¿Nos ponemos en manos de María?
Jorge: ¡Adelante! Organicemos un anuncio en nuestra parroquia o en el colegio. Y convoquemos a todos los matrimonios que conozcamos. Ofrezcámosles retiros, enviémosles el Evangelio…
Juntos: Madre, no merecemos esta misión que nos encomiendas. Tú sabes que somos débiles, inexpertos… pero sabemos que necesitas matrimonios dispuestos a anunciar la belleza del matrimonio como Dios lo pensó. Testigos de la verdad. Confiamos en ti, cuenta con nosotros, Madre. Haz en nosotros lo que tengas que hacer, porque desde ahora nos comprometemos a ponemos a tu servicio en esta hermosa misión para dar gloria a Dios. A Él gloria y alabanza por los siglos. Amén, amén.

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