A lo que podemos aspirar. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 10, 17-24

EVANGELIO

Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 17-24

En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».
Jesús les dijo:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno.
Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».
En aquella hora, se lleno de alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar».
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».

Palabra del Señor.

Nota: Anuncio: Proyecto Amor Conyugal realizará un anuncio sobre “la Belleza y la Verdad del matrimonio” en Málaga, en la parroquia de San Miguel de Miramar el próximo día 14 de octubre a las 20h en los salones parroquiales. Hablaremos también de los itinerarios para matrimonios y presentaremos el retiro del 17 de noviembre. Os esperamos.

A lo que podemos aspirar.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

A veces nos entusiasmamos con el poder que nos da Dios. Cuando colaboramos para salvar un matrimonio, nos invade una alegría inmensa, porque hemos alejado el mal de ellos por obra del Espíritu Santo. Es una fuerza que recibimos del Señor, pero deberíamos estar aún más alegres por lo que el Señor ha hecho por nosotros, porque Él me ha salvado, y me ha preparado un sitio en el cielo. Ahora puedo trabajar para Él, porque soy discípulo Suyo. Ahora puedo actuar en Su nombre, no por mis méritos. Ahora el Señor me da a conocer Sus cosas, no por mis méritos, sino por pura Gracia.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Paco: Niños, hoy iremos a casa de vuestra tía, os guste o no.
Lucía: (A solas) Paco, no necesitas imponerte de esa manera. Háblales con más cariño, explícales por qué es importante ir a visitarles….
Paco: El otro día se quejaron y hoy no admito quejas. (Efectivamente fueron a casa de la hermana, pero a Paco le entra remordimiento de conciencia y al salir…) Lo siento, Lucía. Tienes razón. No debo ejercer mi autoridad a base de imponerme, sino siendo coherente con el Evangelio. La actitud de dominio es contraria al amor.
(Continúan hablando. Más tarde en la oración…)
Lucía: Señor, esta vez he ayudado a Paco en Tu nombre y además él se ha arrepentido. ¡Gracias! No me vanaglorio de ello, porque no ha sido obra mía, lo sé. Por eso, quiero darte aún más las gracias porque sé lo que me amas, te he contemplado en la Cruz por mí, y sé que estás dispuesto a todo para salvarme y para salvar a mi esposo. Sé que todo es obra tuya. Gloria a ti por siempre, Señor. Me llena de alegría saber que estás siempre a mi lado.

Madre,

Sólo aquellos que están en Tu corazón, son capaces de actuar con amor frente al Enemigo, de responder con amor ante la injusticia. Sólo por haber sido redimidos, podemos aspirar a estas actitudes que Dios nos inspira. Alabado sea el Señor por siempre. Amén.

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