Indigno hambriento. Comentario para Matrimonios: Mateo 15, 21-28

EVANGELIO

Mujer, qué grande es tu fe.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 15, 21-28

En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo».
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle
«Atiéndela, que viene detrás gritando».
Él les contestó:
«Sólo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel».
Ella se acercó y se postró ante él diciendo:
«Señor, ayúdame».
Él le contestó:
«No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella repuso:
«Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos».
Jesús le respondió:
«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».
En aquel momento quedó curada su hija.

Palabra del Señor.

Aviso:

Indigno hambriento.

Miro a mi vida y no me siento digno ni de las migajas de gracia que puedan caer del cielo. Y sin embargo, son tantas las bendiciones que recibo… Las noto tanto… Es extraño, porque por un lado me parece que la gracia de Dios es demasiado para mí y por otro, tengo tanto deseo de Dios y me siento tan necesitado de Él. Tengo hambre de ti, Señor, un hambre inmensa.
Me enfrento a mi misión como esposo y padre y no me siento capaz de afrontarla con mis fuerzas. La misión evangelizadora me parece una roca inmensa imposible de transportar. Por eso soy tan consciente de cómo Dios actúa constantemente en mi vida, cómo me lleva. Veo constantemente los detalles de María en mi vida. No podría explicar lo que ocurre en mi vida si no fuera porque está Él presente y Su gracia me sostiene, me alimenta, me sana…

Aterrizado a la vida matrimonial:

Isabel: Es tremendo cómo os acompañan las señales de la Virgen desde que os entregasteis a Ella y a su misión. ¿No os habéis planteado tener un diario en el que queden registradas?
Pedro y María: No. Es verdad que son muchísimas y constantes. Ntra. Madre está en todo momento, en cada detalle y es escalofriante lo claramente que nos muestra su presencia. Pero estas señales son anecdóticas. Lo importante es que nos muestran que estamos en el camino. Ella nos dijo: Seguir las señales. Hoy, te lo decimos a ti: Entrégate a María y después observa y sigue las señales. Ella te marcará el camino con toda seguridad, de una manera que no te cabrá la menor duda.
Isabel: Qué emocionante. ¿Yo también puedo acceder a esto?
María y Pedro: Es tu Madre, igual que la nuestra. Por supuesto que estará contigo si te consagras a Ella y vives en tu vida esa consagración.

Madre,

Tú eres Madre de los esposos, medianera de todas las gracias. Todas las gracias de Dios nos vienen a través de ti. Nos confiamos a ti, Madre. Alabado sea el Señor por darnos a Nuestra Madre.

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