Firmeza para mí, bondad para él/ella. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 9, 51-56

EVANGELIO

Tomó la decisión de ir a Jerusalén
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 51-56

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:
«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.

Palabra del Señor.

Firmeza para mí, bondad para él/ella.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Jesús toma la decisión de ir a dar la vida. Sabe que es lo que le espera en Jerusalén. Tiene que ir a salvarnos y eso le cuesta su sangre. Tengo que aprender de Él a ser firme en mi misión y en las decisiones que ella implica. Nunca gustarás del amor de Dios si no tomas una decisión firme.

Pero esta firmeza es para aplicármela a mí mismo, y no a mi esposo, “castigándole” si no acoge la verdad o no acoge a Cristo. El Señor me regañaría si actuase así. No se trata de forzar, se trata de enamorar. El amor es el único capaz de hacer crecer a mi esposo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Paco: Tomé la decisión de comprender a Paula, mi mujer. Eso implicaba muchas veces soportar desprecios y ofensas, pero mi misión era acompañarla en su sufrimiento. Llevo varios meses con esa determinación, y estoy entusiasmado porque mi mujer empieza a contar conmigo como su mejor amigo.
Paula: Comprendí mi misión de acompañar a Paco, mi esposo, en el camino hacia el Señor. Eso implica no recriminarle por su distancia del Señor, ni exigirle esfuerzos o llevar una vida de piedad. Poco a poco va descubriendo la grandeza que le da la unión con Él y va dando pasitos hacia Él. Con mucho cariño y mucha paciencia, hablándole de mi experiencia, consiguiendo que otros le transmitan su experiencia, introduciéndole en un ambiente de personas que comparten la fe. Estoy muy contenta de sus avances.

Madre,

Danos la gracia para ser firmes en los pequeños retos que como esposos, nos vayamos poniendo, y ayúdanos a actuar siempre con amor y por amor, para que mi esposo se salve. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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