De peso. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 25-30

Esta vida es mi única oportunidad para amar a Dios y a mi esposo/a entregándome a ellos. Al morir se me medirá sólo por mi amor.Avisos previos:

  • Premio en Madrid: 16 de octubre a las 19.30 horas en el Auditorio de la Facultad de Económicas de la Universidad San Pablo CEU de Madrid (calle Julián Romea 23). Pincha aquí para reservar tu plaza ahora.
  • RETIRO en Sevilla: 18-20 de octubre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1VR
  • Anuncio en Madrid: 25 de octubre a las 19:30 horas en Parroquia Santa Teresa y Santa Isabel (Salón Parroquial). Glorieta Pintor Rosales 2 (Madrid. Metro Iglesia)
  • Anuncio en Zaragoza: 31 de octubre a las 19:45 horas en Seminario Diocesano de Zaragoza. Ronda Hispanidad 10, Zaragoza (Servicio de guardería)
  • Anuncio en Barcelona – Mataró: 21 de Noviembre después de misa de 20:00 h. en Santa Maria de Mataró – Carrer Sant Francesc d’Assís 25, Mataró – Barcelona
  • RETIRO en Valladolid: 15 – 17 noviembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1XP
  • RETIRO en Salamanca: 22 – 24 noviembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1XM
  • RETIRO en Barcelona: 22 – 24 noviembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1YK
  • RETIRO en Valencia: 29 nov – 01 dic . Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1WF
  • RETIRO en Navarra: 13-15 de diciembre. Información e inscripciones aquí: http://wp.me/p6AdRz-1Xg

(Retiros pendientes de apertura de inscripciones. Informaremos más adelante)
Para ver más pincha aquí: https://wp.me/P6AdRz-D1

EVANGELIO

Soy manso y humilde de corazón.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».Palabra del Señor.

De peso.

Cuánto le pido a Dios ser manso y humilde de corazón. Si fuera así, se acabaría mi resistencia al Espíritu y me haría como un niño. Es la soberbia de creerme algo la que me mata. Me voy a morir, y me voy a morir sin nada, mi cuerpo volverá al polvo y sólo dependeré de la misericordia de Dios. ¿Quién me creo que soy? ¿No tengo motivos más que de sobra para ser manso y humilde de corazón? No valgo por mis éxitos, ni por mis ideas, ni por mis aciertos… Mi amor es mi peso, decía S. Agustín.Hoy celebramos el día de Santa Teresa de Jesús. Una santa llena de Dios, que conquista corazones para Él. Una Santa de peso.

Aterrizado a la vida matrimonial:

S. Pedro: Buenos días y bienvenido seas al más allá.
Andrés: ¿Cómo? Pero si yo estaba durmiendo…
S. Pedro: Sí, hasta que los ángeles te arrebataron de la Tierra. Estás en la otra vida, Andrés. Y ahora ¿Puedes subirte a esa balanza, por favor?
Andrés: Pero si estoy muerto ¿Qué voy a pesar?
S. Pedro: Vamos a pesar tu amor. Esta es la balanza principal en tu vida. Es la de tu amor a Dios.
Andrés: (Se sube) Uy! Casi no se mueve.
S. Pedro: Creo que has perdido tu vida Andrés. Lo siento porque no hay más oportunidades.
Andrés: Y ¿qué puedo hacer?
S. Pedro: Anda, súbete a esa otra balanza.
Andrés: ¿Y esa cuál es?
S. Pedro: La de tu matrimonio. Esta también es bastante importante y va muy unida a la anterior.
Andrés: (Se sube) Uy! Pues tampoco se mueve casi.
S. Pedro: Me lo temía… Lo siento Andrés. No vales para el reino de los cielos.
Andrés: Pero… ¡Cómo! ¿Qué puedo hacer?
S. Pedro: Nada, Andrés. Ya te lo he dicho. Has desperdiciado tu vida, la única oportunidad que tenías para amar a Dios y a tu esposa entregándote a ellos, y desde ahí, dar mucho fruto. Era tu única oportunidad. Ya no se puede hacer nada…
Andres: ¿Nada? ¡Cómo que nada! ¿Y ya…? ¡Que alguien me ayude…!
Marta: ¡Andrés, Andrés! ¿Qué te pasa? ¡Despierta, por favor!
Andrés: (Se despierta sudando) ¿Qué? ¿Marta? ¿Qué haces tú aquí?
Marta: Que te movías y gritabas sudando. ¡Me has asustado!
Andrés: ¡Ay! Entiendo… He tenido una pesadilla horrible. Perdóname, Marta (Se echa llorando en su regazo). No estoy sabiendo amarte. Ayúdame, ayúdame a amar a Dios ¡Por favor! Te lo suplico…
Marta: Un corazón contrito y humillado, el Señor no lo desprecia. Y yo, tampoco.

Madre,

Soy pequeño, pequeño, pequeño… Enséñame, llévame en tus brazos. Te amo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *