De mendigos a ministros. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 3, 7-12

Me encuentro buscando mi interés en la relación con mi esposo/a o mendigando su amor. El Señor me propone administrar el Amor de Dios para él/ella.

EVANGELIO

Los espíritus inmundos gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios», pero él les prohibía que lo diesen a conocer.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 7-12

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea.
Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón.
Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío.
Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

Palabra del Señor.
Avisos:

  • Anuncio en Valencia: (Inauguramos ciudad!!) Mañana viernes 25 de enero a las 20:30 en la parroquia de San Pascual Bailón.
  • Retiro en Sevilla: 15-17 de febrero en Betania. Infórmate aquí: http://wp.me/p6AdRz-1xN
  • Retiro en Salamanca: 22-24 de febrero. Apertura de inscripciones día 24 de enero a las 20h. Infórmate aquí: http://wp.me/p6AdRz-1yW

(De los siguientes retiros no se han abierto las inscripciones. Informaremos más adelante)

  • Retiro en Madrid: 8-10 de marzo (Casa Oblatos)
  • Retiro en Barcelona: 15-17 de marzo (Casa de Espiritualidad María Inmaculada, Tiana)
  • Retiro en Cádiz (Chipiona): (Inauguramos ciudad!!!) 10-12 de mayo, Santuario de Regla.
  • Retiro en Navarra (Javier): 31 de mayo, 1 y 2 de junio.

De mendigos a ministros.

La gente le seguía buscando su propia sanación, y no una relación con Él. Pero Jesús acepta este seguimiento “interesado” por la posibilidad de que se conviertan y algún día deseen ser uno con Él, por el bien de ellos.

Lo mismo que vive Jesús, lo experimento en mi relación con mi esposo. Unas veces me observo a mí mismo, incapaz de amar a mi esposo más que a mí, y esto me hace caer en el desánimo. Otras veces observo en mi esposo esas actitudes en la búsqueda de su propio interés más que el mío, o más que la construcción de un bien mutuo. Y mi reacción suele ser la de exigirle un amor perfecto, como si yo no mereciese menos.

Tristemente nos convertimos en mendigos del amor del esposo, y el Señor hoy nos propone una tarea mucho más digna y edificante. Él no iba mendigando el amor, sino que administraba el amor de Dios curando las enfermedades de los que le seguían. Esta segunda es la actitud correcta.

Convirtámonos en ministros de Dios para nuestro esposo. Que Él lo llene de Su amor y Su gracia a través de mí ¿No es maravilloso?.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Merche: (Según entra su esposo por la puerta) Sebas, ¿bajas al coche y te subes la compra?
Sebas: (Piensa: ¿No puede esperar a que deje las cosas y descanse un poco?)
(Minutos más tarde…)
Merche: ¿Me traes mis gafas que me las he dejado en la cómoda?
Sebas: (Piensa: Pero si estamos uno al lado del otro. Me cuesta a mí exactamente lo mismo que a ella levantarme e ir a por ellas ¿Por qué no se levanta ella?)
(Minutos más tarde…)
Merche: ¿Me puedes imprimir el documento que tengo en pantalla?
Sebas: (Piensa: ¿Y por qué no lo imprime ella? Me quiere sólo para tenerme a su servicio…)
(Por la noche en la oración)
Sebas: Señor, estoy aquí como un mendigo reclamando el amor de mi esposa, y veo que Tú siempre eres administrador del amor de Dios para la gente. Veo mi egoísmo. Ayúdame a ser esposo de verdad, y purifica mi corazón hasta que se llene de Tu Amor.

Madre,

Maestra del amor, sácanos de la mendicidad y recuérdame cada día que soy ministro de la gracia de Dios para mi esposo (por nuestro sacramento del matrimonio). Te pido para que recibiendo el amor de Dios a través de mí, me ame también cada día más y podamos construir juntos un verdadero amor de comunión. Por Jesucristo nuestro Señor, amén.

3 comentarios en “De mendigos a ministros. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 3, 7-12

  1. Petry

    Muchas veces los cónyuges nos convertimos en mendigos del amor del espos@. Nos utilizamos como servidores o pasamos a segundo termino siempre y cuando hay alguien que ocupa el primero. La victima paciente sigue hasta mejor atención. Pero si protestas, mal lo llevaremos ambos…
    Madre, enséñanos a ser dóciles y pacientes como lo fuisteis José y Tú para llevar a buen fin la misión para la que hemos sido consagrados por el sacramento del matrimonio.

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  2. patricia

    Sería bueno que para que el mensaje sea captado tanto como para el hombre como para la mujer, pusiesen: esposo (a), ya que parece solo para las esposas.
    Recuerdo antes indicaban eso, pero ojala no lo dejen de hacer.

    Responder

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