Cuántos agasajos. Comentario para Matrimonios: Juan 19, 31-37

EVANGELIO

Le traspasó el costado, y salió sangre y agua.
Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 31-37

Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.
Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.
Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron»

Palabra del Señor.

 

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Cuántos agasajos.

Celebramos hoy la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. El Corazón humano más grande, el que más ama. Él desea seducirme, me quiere como parte de Su Esposa. De Él, de Su corazón renací yo como hijo de Dios por el bautismo, de Él, de Su corazón, surgió mi sacramento matrimonial. Cuántos agasajos para atraerme hacia Él. Señor, hoy deseo hablar de amor contigo. Hoy me dejo conquistar por ti y me hago definitivamente Tuyo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Luis: Teresa, quiero amarte más. Me he cansado de mirarme, que no lleva a ningún sitio y ha llegado la hora de responder al Corazón de Cristo y amarte como Él me ama. Es todo un reto, porque es demasiado, pero por algo se empieza. Quiero agasajarte, conquistarte cada día, quiero atraerte hacia mí con todas mis capacidades. Te amo, Teresa, y quiero demostrártelo.
Teresa: Menudo subidón te ha dado, Luis. Pero luego llega la hora de la verdad y no es tan fácil.
Luis: Lo sé, sé que el amor implica sufrimiento. Sobre todo me va a costar desasirme de todo lo que me impide entregarme a ti. Pero tengo que aprovechar la gracia que el Señor nos ha dado, de Su Corazón. Mucho le costó dármela y tengo que responder a tanto Amor.
Teresa: Me encanta verte tan enamorado del Señor y de mí. Gracias Señor por tanto Amor.

Madre,

El Corazón de Cristo me ama como no me puedo ni imaginar. Caigo rendido ante tanto Amor. Alabado sea por siempre.

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