Comentario del Evangelio para matrimonios: Juan 6, 1-15

No solo de panes y peces.

Hoy vemos el don de la multiplicación de los panes y los peces. Cómo el Señor, de unos pocos panes y peces que tenemos, saca suficiente para dar de comer a una multitud y que sobre abundante comida. Es la sobreabundancia de los dones de Dios.

En el libro «Llamados al amor» de Carl Anderson y José Granados, dice que «Dios se da a sí mismo a Adán cuando le comunica el don de Eva.» ¿Por qué?, porque Dios quiere a Eva por sí misma. Dios quiere a mi esposo/a por sí mismo/a, a diferencia de los animales y demás seres vivos, cuyo fin último es existir para ser dominados y sometidos por el hombre. Si Dios quiere a mi cónyuge por sí mismo/a, se entrega a sí mismo cuando me la entrega como esposo/a.

Es como ese padre y esa madre que adoran a su hija y viene un chico a pedirle su mano. Parece que se desprenden de una parte profunda de ellos.

¿Lo hablamos contemplado así alguna vez? Esta vez miraré a mi esposo/a y me concienciaré: En él/ella se me da el mismísimo Dios. Ahora solo me resta tratarle como se merece.

Rezamos con el salmo: Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *