Así trato Tu viña. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 21, 33-43

EVANGELIO

Arrendará la viña a otros labradores
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y, agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
Le contestaron:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a sus tiempos».
Y Jesús les dice:
«¿No habéis leído nunca en la Escritura:
«La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente»?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».

Palabra del Señor.

Nota: Anuncio: Proyecto Amor Conyugal realizará un anuncio sobre “la Belleza y la Verdad del matrimonio” en Málaga, en la parroquia de San Miguel de Miramar el próximo día 14 de octubre a las 20h en los salones parroquiales. Hablaremos también de los itinerarios para matrimonios y presentaremos el retiro del 17 de noviembre. Os esperamos.

Así trato Tu viña.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Aterrizado a la vida matrimonial:

Señor, me has dado mucho, muchísimo, y no estoy respondiendo como debería. Sigue habiendo mucho orgullo en mí, mucha vanidad, y no estoy viviendo mi matrimonio como Tú lo quieres. No me dejo influir, no me dejo corregir, no estoy recibiendo a mi esposo como mensajero tuyo. Perdón, Señor.
Sé que me has dado una misión hermosa, un esposo con una dignidad enorme, a Tu imagen, creado para la eternidad, y no lo estoy tratando como a ti te gustaría. A veces sigo viviendo nuestra relación como en oposición, y otras no estoy en el corazón de mi esposo ni dejo que entre en el mío. Perdón, Señor.
Me has dado unos hijos, Tus hijos, y no estoy siendo reflejo de Tu Paternidad, y están viendo muchas cosas en mí que no les ayuda a ir hacia ti. Perdón, Señor.
Padre, sé que enviaste a Tu Hijo para que me redimiera y redimiera nuestro amor, y no estoy aprovechando tanta Gracia derramada. No acepto mis cruces, no me callo ante el juicio injusto, no acepto desprecios… al contrario, soy yo quien juzga, soy yo quien desprecia y soy yo quien se convierte en cruz pesada para mi esposo. Perdón, Señor.
Pero confío en ti, confío en Tu Espíritu, en Tu misericordia, tengo Esperanza en Tu poder y Tu bondad, y no voy a dejar de rezar, no voy a dejar de pedirte clemencia y de confesarme, no voy a dejar la Eucaristía, y no voy a dejar de esforzarme por serte fiel. En ti confío, Señor. Amén.

Madre de los esposos, ruega por nosotros.

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