Tres a elegir. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 16, 15-20

EVANGELIO
Proclamad el Evangelio a toda la creación

Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
-«ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Palabra del Señor.

Tres a elegir.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Salieron tres, a hablarle al pueblo. Uno era político, otro comerciante y el tercero un discípulo del Señor. El primero, llevaba una carrera política impecable. Era un gran orador, seguro de sí mismo, con una imagen intachable y con unas cualidades de comunicación fuera de lo común. El segundo llevaba toda la vida vendiendo, conocía todas las artes de la venta. Era persuasivo y sabía cómo crear la necesidad en la gente. Además era agradable en el trato y de conversación animosa y divertida. El tercero era un pobre pescador, rudo, que vestía muy desaliñado. No sabía expresarse con claridad, era parco en palabras y desde luego, su imagen no era como para seguirle. Sólo por éste último, la gente era capaz de dejarlo todo. ¿Por qué?.

El político buscaba el poder y decía lo que le convenía oír a la gente. El comerciante buscaba sus intereses económicos por encima de los de sus compradores, esto era evidente, y por tanto, no acababa de convencer más que para una transacción comercial rápida. Pero el pescador, estaba allí porque Dios se lo había ordenado. No perseguía nada para él. Demostraba así su fidelidad y su nobleza. Además, se dedicaba a los más desfavorecidos, esos que de todo lo que les des nunca recibirás nada a cambio, porque no tienen nada que darte más que a ellos mismos. Era una persona auténtica y autenticidad significa donación en totalidad. Si te guardas algo, ya no es auténtica tu entrega. Decía san Justino que «aquellos ignorantes e incapaces de elocuencia, persuadieron por la virtud a todo el género humano».

Había tres esposos. A uno le importaba destacar y, en consecuencia, tenía un físico bien cuidado, siembre iba impecable, era culto, estaba bien reconocido, respetado, tenía influencias y poder. A otro le importaba su trabajo y tenía un buen puesto, una casa impresionante, dinero, viajes… y al tercer esposo, le importa la voluntad de Dios y por tanto, su prioridad eres tú. ¿A cuál de ellos le entregarías tu vida?. Pues haz tú lo mismo y persuade a tu esposo por la virtud del amor auténtico.

“A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.”

Tal como pide el Papa que hagamos a diario, oramos por el sínodo de la familia:
https://proyectoamorconyugal.es/oracion-a-la-santa-familia/

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