Sin que se turbe. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 14, 27-31a

EVANGELIO
Mi paz os doy
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo».

Palabra del Señor.

Nota: Proyecto Amor Conyugal anuncia un retiro para matrimonios que se celebrará en Madrid entre los días 16 y 18 de junio.

Hay pocas plazas. Para más información pincha aquí:
https://proyectoamorconyugal.es/retiro-matrimonios-proyecto-amor-conyugal-madrid-16-17-18-junio-2017/

Sin que se turbe.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

La paz que nos deja Cristo no es como la del mundo. El mundo la impone, como un derecho, de manera que el más fuerte le impone la paz al más débil aplicando sus normas. La de Cristo es una paz que, a pesar de que permite el acceso al príncipe de este mundo, hay que construirla a base de amor. Nos esperan tiempos duros, entre los esposos, en la familia, en nuestro ámbito local, político y social, pero que no se turbe nuestro corazón, porque el mal no tiene poder sobre nuestro Señor. Siendo fieles a Su voluntad a pesar de las circunstancias, Él traerá la paz.

Una historia:
Miguel viene muy enfadado y se encuentra que Mónica está hablando por teléfono y no ha empezado a hacer la cena. Además, la casa está desordenada. Cuando termina de hablar por teléfono, Miguel le reprocha que no hace nada más que hablar por teléfono, que está todo el día hablando, y… (verdaderos disparates).

En ese momento, Mónica, mira a Dios, confía en Él, y recibe la fuerza para mantener la calma. Se levanta, prepara la mesa y, acercándose a Miguel, le dice: “Vaya, siento haberme alargado con la conversación telefónica hasta tan tarde”, y le acaricia. Mónica supera esa humillación, y en lugar de mirarse a ella y las ofensas recibidas de Miguel, mira a Dios, reconoce su culpa y se entrega por Él para hacer Su voluntad.

Una paz inmensa invade el corazón de Mónica. Una paz que parece que se extiende al resto del hogar y los envuelve a todos.

Madre,
Te ofrezco mi corazón para que no se turbe y en él guarde todas las cosas, para que siempre sepa hacer la voluntad del Padre y así consolar a Cristo. Te pido para que nos concedas la Paz de Dios, que es un don, para que, construyendo la paz en nuestros hogares, contribuyamos a construir la paz en el mundo que tanto anhelamos. Por Jesucristo Tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

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