Por no medir, medida rebosante. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 6, 27-38

Tengo que amar a mi esposo/a sin mirar cuánto me ama y como respuesta al amor infinito que el Señor me da cada día. Él verterá una medida rebosante en nuestro amor de esposos.

EVANGELIO

Sed compasivos como vuestro Padre es misericordioso
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6, 27-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian.
Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien solo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo.
Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.
Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos.
Sed compasivos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra del Señor.
Notas: Próximas misiones.

  • Retiro en Madrid: 14, 15 y 16 de septiembre (Casa de Cristo Rey) Completo.
  • Retiro Málaga y Mallorca en Málaga y campamento para los niños: 05, 06 y 07 de octubre. Casa Diocesana. Infórmate aquí: https://proyectoamorconyugal.es/?p=4926
  • Retiro en Barcelona: 26, 27 y 28 de octubre (Casa de Espiritualidad María Inmaculada. Tiana).
  • Retiro en Valladolid: 23, 24 y 25 de noviembre (Casa de Espiritualidad Sagrado Corazón)
  • Retiro en Pamplona: 14, 15 y 16 de diciembre (Casa de Javier)

Por no medir, medida rebosante.

Esta manera de amar, es harto difícil. Yo diría imposible. Responder con amor cuando alguien que me roba, se provecha de mí, habla mal de mí atribuyéndome cosas que no he hecho, y en definitiva, en los momentos en que siente odio hacia mí, es imposible. El problema viene cuando Jesús dice, que si no le amo en esas situaciones, no estoy amando. Tela marinera. Entonces, como decían los discípulos en otra ocasión, ¿quién puede salvarse?

La respuesta nos la da el Señor en le último párrafo: Tengo que amar a mi esposo como respuesta al amor infinito que Él me ha dado y me da cada día. ¿Qué más da si mi esposo me ama más o menos? ¿Para qué andar juzgando su amor cuando encima suelo engrandecer lo malo? Todo lo negativo que me hace, no es suficiente para que deje de desear su bien ¿no? Es mejor no mirar cómo me ama y mirar sólo cómo me ama Dios, para responderle amando a mi esposo como Él me ama. Lo demás, no es amar.

Es entonces cuando el Señor verterá una medida generosa, colmada, remecida, rebosante en nuestro amor de esposos. Es entonces cuando descubriré la pasada que es vivir la caridad conyugal.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Laura: Estoy muy sorprendida. Hace unas semanas que tienes una paz envidiable. Te critico y no me agredes, te exijo y no te quejas, gasto más de lo que debería y no dices nada. En cambio, estás más preocupado de mí que nunca, pendiente de mí, mucho más servicial… Me tienes desconcertada ¿Qué estás haciendo para conseguirlo?
Jaime: Laura, llevo mucho tiempo juzgándote y condenándote. Por eso recibías represalias frente a tus desórdenes y agresiones. Pero he aprendido que eso no es amar, y yo quiero amarte de verdad. Es que no había paz en mí, porque no estaba haciendo aquello para lo que había sido creado. Para ser custodio del amor verdadero, como dice San Juan Pablo. Así que, lo que hago es no mirar si me amas o me odias. Cada vez que me entra esa tentación, miro al Señor para caer en la cuenta de cuánto me ha amado, y le respondo amándote a ti, que es lo que Él me pide.
Laura: Jo, qué pasada. Lo estoy notando muchísimo. Yo quiero intentarlo también. ¿Me ayudas?
Jaime: Vale. Nos ayudamos mutuamente.
(Lo que creció este matrimonio, no se puede explicar con palabras).

Madre,

Cuesta renunciar a mirar las agresiones de mi esposo/a, pero mucho más cuesta después arreglar lo que hemos roto por no habernos amado. Alabado sea el Señor que nos ha amado tanto, que no merece otra respuesta más que nuestro amor y nuestra unidad. Amén.

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