Más allá de mi dolor. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 20, 11-18

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 11-18

“En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: Mujer, ¿por qué lloras? Ella les contesta: Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto. Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas? Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré. Jesús le dice: ¡María! Ella se vuelve y le dice: ¡Rabboni!, que significa: ¡Maestro! Jesús le dice: Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro. María Magdalena fue y anunció a los discípulos: He visto al Señor y ha dicho esto”.

Palabra del Señor

Nota: Próximas misiones

  • Retiro en Sevilla: 4 de mayo (a las 18;30) al 6 de mayo (a las 17:30). infórmate en el siguiente enlace: https://wp.me/p6AdRz-XT.
  • Anuncio en Madrid: 6 de abril a las 21:15 Parroquia San Josemaría (Aravaca)
  • Anuncio en Madrid: 7 de abril a las 12h en Parroquia Virgen Peregrina de Fátima y a las 18h Parroquia de San Antonio de la Florida
  • 1ª catequesis en Sevilla: Para nuevos grupos. Día 13 de abril, a última hora de la tarde en la parroquia San Juan Pablo II. 14 de abril a las 11:30 en la parroquia del Corpus Christi.
  • Anuncio en Mallorca: 20 y 21 de abril de 20 a 21 horas.
  • Retiro en Madrid: 8, 9 y 10 de junio.
  • Retiro en Córdoba: 29 y 30 de junio y 1 de julio.

Más allá de mi dolor.

¿Por qué lloras? ¿A quién buscas? Son dos preguntas fundamentales para poner luz y resucitar de la situación que me hace llorar, sufrir. Detrás de ese llanto quizás me estoy buscando a mí mismo o lloro porque quiero la solución donde considero, cuando considero, y mi dolor me impide ver dónde está el verdadero bien. ¡Busca más allá de tus llantos! Me dice hoy el Señor. Busca en lo más profundo de tu corazón el verdadero sentido de esa situación. Dichosos los que lloran, reza la bienaventuranza, porque serán consolados, y podríamos añadir, si es que se dejan.

María Magdalena amaba a Jesús, su corazón había sido sanado por Él y lo siguió desde ese momento. Si yo también le sigo a través del Evangelio, y busco los designios de Dios sinceramente en lugar de centrarme en mi dolor y juzgar la situación desde mi corta visión, si me abro a la trascendencia de la circunstancia que estoy viviendo, me hablará el Señor y me enviará a hacer lo que tengo que hacer. La Virgen María, cuando estaba soltera y embarazada, dice llena del Espíritu Santo “se alegra mi espíritu en Dios”. Cuántas veces, cuántos momentos de tristeza he superado con esta frase de María. Cuánto me ayuda encontrarme entre llantos con el Resucitado, el que ha vencido al mal e incluso a la muerte. Gloria a Dios!!

Aterrizado a la vida matrimonial:

Matrimonio tutor: Venga, contarnos qué os pasa.
Elisa: No puedo más. No me siento nada querida. Nunca valora lo que hago, no le importo nada en absoluto.
Matrimonio tutor: ¿Y a ti, Juanjo?
Juanjo: Pues mira, que me tiene absolutamente machacado. Todo el día recriminándome cosas. Todo el día exigiéndome más. Creo que en el fondo, no me quiere a mí, quiere que sea otro.
Matrimonio tutor: Queridos amigos, sois preciosos los dos, pero si lloráis, llorad por amor, no por autocompasión. ¿Qué os parece si le damos la vuelta a vuestro dolor y lo convertimos en algo maravilloso?
Elisa: Si fuerais capaces… fliparía.
Matrimonio tutor: A ver, Elisa, dinos una de las cosas que te duelen, concretamente.
Elisa: Pues que no valora mi esfuerzo por ocuparme de los niños.
Matrimonio tutor: Juanjo ¿de verdad que no valoras que tu esposa se ocupe de vuestros hijos?
Juanjo: No es eso. Es que está todo el día centrada en los niños, y los demás también tenemos necesidades.
Matrimonio tutor: A ver, Juanjo, tienes que aprender a transmitir tu dolor en positivo, descubrir dónde está el amor en tu dolor ¿vale? ¿Qué te parece si reformulamos tu “queja” de la siguiente manera?: Elisa, eres tan importante para mí, que te necesito muchísimo. Comprendo que nuestros hijos necesitan de mucha parte de tus esfuerzos, y te agradezco lo que haces por ellos, porque yo también les amo y quiero lo mejor para ellos. Si te parece, compartimos ese esfuerzo juntos y después nos dedicamos un rato el uno al otro ¿vale? Elisa, te amo y no puedo vivir sin ti.
Juanjo: Mucho mejor. Pero claro, estaba dolido…
Matrimonio tutor: No os encerréis en el dolor. Dios os ha creado el uno para el otro y después ha resucitado vuestro amor. Tenéis todo lo que necesitáis para construir un matrimonio hermoso. Mirad al Resucitado y alegraos.

Madre,

¿De verdad ha resucitado Cristo y no va a afectar a mi matrimonio en nada? ¿Tenemos entre nosotros a Alguien que ha vencido al mal y a la muerte y no lo vamos a seguir? Muchas veces nuestro dolor es una señal de alarma de que no estamos amando, y nos ahogamos en él en lugar de centrarnos en amar. Cuánto necesitamos aprender a amar. Cuánto necesitamos de tu guía y de tu abrazo maternal. Madre, contigo, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador. Amén.

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