Mi lista de motivos. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Marcos 3, 1-6

EVANGELIO

¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6

En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo.
Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada:
-«Levántate y ponte ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó:
-«¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»
Ellos callaban. Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre:
-«Extiende la mano».
La extendió y su mano quedó restablecida.
En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él.

Palabra del Señor.

Nota: Próximas misiones

  • Anuncio en Marbella: 19 de enero. Parroquia Santo Cristo del Calvario. 20:30h
  • Anuncio en Córdoba: 20 de enero. Parroquia Ntra. Sra. de la Consolación 18h. C/ Historiador Dozy 20
  • Testimonio en Barcelona (Maribel y Marcus): 20 de enero a las 17h. Basílica de la Purísima Concepción. Aragó 299, Barcelona.
  • Breve testimonio en la Semana de la Familia de Sevilla:  27 de enero.
  • Anuncio en Sevilla: 28 de enero a las 11:30 en la Parroquia del Espíritu SantoCalle San Isidro Labrador. Mairena del Aljarafe (Sevilla)
  • Retiro para matrimonios en Madrid 2 a 4 de febreroCOMPLETO puedes inscribirte en lista de espera en el siguiente enlace: https://goo.gl/forms/7lUuhJUvnUbtos103

Para más información sobre el retiro pincha aquí: https://wp.me/p6AdRz-PN

Mi lista de motivos.

(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

¿Qué me está permitido? ¿hacer lo bueno o lo malo? ¿Salvar a mi esposo o despreciarle por sus limitaciones? Cuántas veces pueden cegarnos nuestras leyes, y ponemos nuestras supuestas obligaciones por encima de las personas.

¿Qué es más importante?
– La puntualidad,
– el orden,
– la limpieza,
– los detalles,
– su eficacia,
– sus habilidades,
– mi imagen ante los demás,
– lo que piensen,
– el dinero,
– algo material,
– mi tiempo,
– mis gustos o caprichos,
– mi atractivo físico,
– …
o mi esposo.

He pensado en ir complementando esta lista de motivos que me han hecho enfadarme con él/ella o recriminarle algo, para tomar conciencia de qué cosas estoy poniendo por encima de mi amor a mi esposo. Así me quedará más claro cuándo aplicar este Evangelio. ¿Te gusta la idea?

Aterrizado a la vida matrimonial:

(Luis llevaba un tiempo triste por su situación laboral, en el trabajo parecían no ir las cosas muy bien y tenía problemas con su jefe. La preocupación le tenía como paralizado).
Ana: (Piensa: Verás como cuando llegue a casa me encuentro que Luis no ha recogido el traje de la tintorería. Como no lo haya recogido…) Luis ¿Has recogido mi traje de la tintorería?
Luis: No, perdona, al final no he podido. He tenido mucho lío hoy.
Ana: ¿Que no has podido? ¡Tienes una cara que te la pisas! Estoy harta de ser yo quien tire de casi todo el peso de los niños y de la casa. Tú sólo piensas en tu trabajo, y no piensas nada en mí. ¿Me quieres decir qué me pongo mañana?
(Ana llama a su madre para desahogarse)
Ana: Mamá, otra vez pasando de mí. Estoy muy harta…
Su madre: Hija, no sé cómo le aguantas. Esta vez ni se te ocurra perdonarle, o me voy a enfadar contigo. Lo que tienes que hacer es mandarle ya a la m…
(Pero al día siguiente Ana recibió la llamada de su amiga Lucía que es una mujer de oración y que acoge la sabiduría de Dios).
Lucía: ¿Cómo estás Ana?
Ana: Te aseguro que no aguanto más a Luis. Está todo el día con un desánimo, pensando sólo en su trabajo. Y en casa todo el día como paralizado, se queda como atontado, mirando al infinito. ¡Me desespero! Mi madre dice que le deje de una vez.
Lucía: Ana, Dios viene a avivar esa llama que parece que se va a apagar. Tu marido no está ignorándote a posta, tu marido está preocupado y eso le tiene paralizado. Tienes que ser tú quien avive esa llama. Y eso no se consigue a base de golpes, sino por amor. Mira, haz una cosa: Ve, siéntate a su lado y pregúntale cómo está, dile que quieres comprenderle, ayudarle…
Ana: ¿Y a mí quién me comprende y me escucha…?
Lucía: Ana, eso no es amar. ¿Quieres aprender a amar? Empieza por entender que el que ama no se mira a sí mismo… Si amas en el Nombre del Señor y por Él, tragándote tu orgullo, Dios te ensalzará y levantará a Luis sanando su parálisis, y tú estarás mejor. Dios siempre libera los corazones.

Madre,

A ver si aprendo a poner las cosas en el orden que Dios quiere. Si ahogo el amor, acabaré confabulándome con los que pretenden echar a Cristo de nuestro matrimonio. Sería terrible. Madre de los esposos, ruega por nosotros. Alabado sea Nuestro Señor que es más fuerte que mi pecado. Amén.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *