La ley de Dios y el código civil. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 22, 15-21

EVANGELIO

Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 22, 15-21

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es licito pagar impuesto al César o no?».
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:
«Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto».
Le presentaron un denario. Él les preguntó:
«¿De quién son esta imagen y esta inscripción?».
Le respondieron:
«Del César».
Entonces les replicó:
«Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

Palabra del Señor.

Nota: 1. Anuncio en Fuengirola: Proyecto Amor Conyugal realizará un anuncio sobre “la Belleza y la Verdad del matrimonio” en Fuengirola, en la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen el próximo día 28 de octubre a las 20h en los salones parroquiales. Hablaremos también de los itinerarios para matrimonios y presentaremos el retiro del 17 de noviembre.

2. Retiro para matrimonios en Málaga: Para apuntarse en lista de espera (Suele haber un % de bajas): https://goo.gl/forms/jpzZ1v8b6OxzQfUI2

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La ley de Dios y el código civil.

(Hoy es el día de San Juan Pablo II. Empezamos encomendándonos a él y encomendándole este Proyecto de María que nos viene iluminando. San Juan Pablo, ruega por nosotros.)

En el matrimonio también hay aspectos que le corresponden a Dios y otros que le corresponden a los hombres.
El matrimonio es un bien social y por lo tanto debe estar amparado por cualquier sistema jurídico que se precie, y debe estar regulado según unos derechos y unos deberes. Hasta aquí, al cesar lo que es del cesar.

Sin embargo, el matrimonio, ha sido creado por Dios y existen unas leyes específicas, como son la unidad (en una sola carne) o la indisolubilidad y la procreación. Además, es un sacramento, así que, en este sentido: A Dios lo que es de Dios.

Tal como reconocen los enemigos de Jesús, Él enseña “el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias”. Hagamos nosotros lo mismo.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Andrés: Tíos, que me divorcio. Mi mujer y yo nos hacemos demasiado daño. Es mejor terminar con esto antes de que sea peor para nosotros y para los niños. Nos vamos a separar de buen rollo y quedaremos como amigos. Somos jóvenes y tenemos muchos años por delante para rehacer nuestras vidas.
Jaime: Pues me parece muy bien. Hay que ser sinceros, reconocer que las cosas no van bien y buscar soluciones para evitar el sufrimiento.
Ramón: (Se acerca cuando Andrés está solo) Andrés ¿Puedo hablar contigo?
Andrés: Sí, claro. Pero si es por lo del divorcio, no te preocupes, yo estoy muy bien. Llevo tiempo madurándolo. Y además, no quiero que me metas el rollo católico tuyo. Ya sé lo que me vas a decir, que el matrimonio es indisoluble y esas cosas.
Ramón: Bueno, eso no es algo inventado por la Iglesia. Lo dijo el mismísimo Dios, en persona. El caso, Andrés, es que si no sigues Su voluntad, las cosas no funcionarán. Habrá consecuencias que ahora mismo no puedes ver. Mira, conozco varios casos y las consecuencias son horribles, aunque ellos no lo quieran reconocer. Te animo a que busques la solución correcta. Tu matrimonio está pasando una crisis y estáis sufriendo. Lo entiendo. Yo también la he pasado. Pero teniendo quien os guíe, las crisis se superan y fortalecen la relación. Vuestro matrimonio es hermoso, aunque no habéis sabido construirlo, pero el plan de Dios siempre es bello. No lo tiréis por la borda porque haya dificultades. En las dificultades se crece. Déjame que te presente a un matrimonio que os puede ayudar. Ya han ayudado a muchos. Luego decidís ¿Vale?
Andrés: Vale, pero es la última oportunidad.
(Y aquel matrimonio se reconstruyó, y hoy dan gloria a Dios, gracias a un amigo que fue sincero y les enseñó el camino de Dios).

Madre,

Qué poco importantes son nuestras cosas en relación con las cosas de Dios ¿Por qué nos seguimos fiando más de las nuestras si no paramos de meter la pata? Luego toca padecer las consecuencias. Ponemos todo en manos de Dios. Él sabrá qué hacer. Alabado sea. Amén.

2 comentarios en “La ley de Dios y el código civil. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 22, 15-21

  1. Marisa

    Pienso que el mal está en empezar a discutir, ya que aunque no quieras te sofocas y dices lo que quieres y lo que no, esto es asi por mucho que nos duela reconocerlo, y lo peor a mi entender es que luego te quedas con mal sabor de boca y si además quieres tanto a tu marido o mujer, lo lamentas profundamente lo único que puedes hacer es pedir a Dios ayuda para que te diga como arreglarr el entuerto y asi recuperar de nuevo l a calma y la alegría y ser capaz de reconocer que no había motivos para esa discusión . Solución antes de hablar pensar y si tienes que decir algo prueba a decirlo con cariño y sin que se te crucen los cables,

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    1. Proyecto Amor Conyugal Autor

      Muchas gracias, Marisa por tu aportación. Qué importante es no dejarse llevar por los impulsos, los afectos, las emociones, las sensaciones… y discernir la voluntad de Dios antes de actuar.
      Un saludo.

      Responder

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