¿Entiendes de qué va esto? Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 11, 1-4

Esposos, ayudaos el uno al otro actuando con las armas de Dios, para que Él pueda actuar como Padre y reinar en vuestro matrimonio y vuestro hogar. ¡Rezad cada día al levantaros un Padrenuestro juntos!

EVANGELIO

Señor, enséñanos a orar
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos».
Él les dijo:
«Cuando oréis decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación»».

Palabra del Señor.
Notas: Próximas misiones.

  • Anuncios en Sevilla:
    • Viernes 19 de octubre 20:30 h. Parroquia de San Sebastián (Salón San Juan Pablo II)
    • Sábado 20 de octubre 18:30 h. Parroquia Santiago el Mayor. Calle Ponce de León s/n. 41710 Utrera (Sevilla)
  • Retiro en Barcelona: 26, 27 y 28 de octubre (Casa de Espiritualidad María Inmaculada. Tiana). Infórmate aquí: http://wp.me/p6AdRz-1mY
  • Anuncio en Madrid: 20 de noviembre 20:30h en la parroquia de San Juan Crisóstomo.
  • Retiro en Valladolid: 23, 24 y 25 de noviembre (Casa de Espiritualidad Sagrado Corazón)
  • Retiro en Pamplona: 14, 15 y 16 de diciembre (Casa de Javier)
  • Ver más en https://proyectoamorconyugal.es/misiones-y-noticias/

¿Entiendes de qué va esto?

Me encanta el Padrenuestro. Es la oración que salió de los labios de Jesús como recomendación para nosotros. Poder rezarla, es muy fuerte, pero entender lo que decimos, la hace más potente aún. Como decía San Juan Pablo II, es una oración tan sencilla que la entiende hasta un niño, y tan profunda que podríamos estar toda la vida adentrándonos en ella y meditándola sin agotarla del todo.

¿Qué implicaciones tiene que Dios sea nuestro Padre en cuanto a derechos y deberes? Lo de que Dios sea nuestro Padre, es para reventar de alegría. Ahí es nada… Pero claro, no puedo acceder a tales derechos si renuncio a la “herencia”, y reniego de Él no santificando Su nombre con mi comportamiento de hijo de tal Padre. La otra obligación es que luche por construir Su reino en mi familia. El mundo estará como esté, pero eso no es excusa. ¿Qué me impide construir Su reino en mi casa?

Aterrizado a la vida matrimonial:

Matrimonio Tutor: Alicia, Juan, sabemos que os veis el uno al otro como el malo, el causante de todo, pero os vamos a explicar cómo es la cosa en realidad: Hay una batalla del Demonio contra Dios. Como contra Él no puede hacer nada, trata de conquistarnos por herir su Corazón. En esa batalla por nuestra conquista, Dios utiliza las armas de Su amor, Su entrega, Su sacrificio… y nuestra libertad. Las mismas que utilizan sus hijos. El Demonio en cambio juega con las suyas, que son: Estudiar los puntos flacos del hombre, utilizar la astucia para engañarlo y seducirlo, aprovecharse de su torpeza espiritual y utilizar de refuerzo a esos otros hombres a los que ya ha engañado para arrastrar a su nueva víctima. Así, acabamos luchando unos contra otros, destrozándonos por creernos enemigos unos de otros, mientras que el verdadero enemigo queda oculto a nuestros ojos. Mirad, el único enemigo es el Diablo ¿Comprendéis? Y ahora, lo que tenéis que hacer es ayudaros el uno al otro actuando con las armas de Dios, para que Él pueda actuar como Padre y pueda perdonaros y pueda libraros del Maligno. Y así, que pueda reinar Dios en vuestro matrimonio y en vuestro hogar ¿Entendéis ya de qué va esto?
Alicia: ¡Qué ciega he estado! Ahora lo veo claro. Tenéis toda la razón.
Juan (Esposo de Alicia): ¡Qué ciego he estado yo también! Es cierto que se nos cuela por nuestros puntos débiles. Y como nos decíais el otro día, hemos estado en esa actitud de “oposición” que dice San Juan Pablo, en lugar de la ayuda mutua para la que hemos sido creados.
Matrimonio Tutor: Anda, rezad cada día al levantaros un Padrenuestro juntos, muy muy despacio, mirándoos a los ojos, comprendiendo qué decís en cada palabra, a qué os comprometéis durante el día y qué necesitáis de vuestro Padre. Él os bendecirá.

Madre,

¿Rezas un Padrenuestro con nosotros? Sí, Tú también lo rezas. Tú también tienes el mismo Padre. Padrenuestro que estás en el cielo… Amén!

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