¿De qué está hecho tu yugo? Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 11, 28-30

EVANGELIO
Venid a mí todos los que estáis cansados

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús:
– «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Palabra del Señor.

¿De qué está hecho tu yugo?

Que nos hablen de un yugo que hay que cargar, no es una imagen apetecible. En un prematrimonial planteaban a los novios el matrimonio como un yugo, y por muchas palabras bonitas que ponían alrededor, una pareja de amigos nuestros salió de la charla un tanto afectados por la comparación.

Bien visto, el yugo ayuda a las parejas de animales que aran el campo, a compartir su carga y a ir más sincronizados. Claro que si no quieres dedicar tu vida a sembrar, si no estás dispuesto a compartir tus esfuerzos con tu esposo/a y tampoco estás dispuesto a compartir los suyos, el yugo es o más bien aparenta ser, una carga.

Si nuestro cónyuge es un yugo insoportable en ocasiones es porque mi corazón necesita una conversión entendiendo y viviendo el «yugo» como nuestro Señor Jesucristo, pues el yugo del Señor consiste en cargar con el peso de nuestro esposo/a, con amor, ser uno en su cruz, como María lo fue con Cristo.
Los esposos estamos llamados a vivir la cruz con la misma caridad que Cristo. No se trata de hacer mi propia cruz y allí invitar A Cristo, sino entender que Cristo está con mi esposo/a, en su cruz.

¡Conviértete en descanso y consuelo para tu esposo/a!, sé su auxilio, con actitud mansa y humilde, a imitación de nuestro Maestro.

Podríamos hablar de dos tipos de yugo. El que se lleva forzado, como prisionero de algo ineludible, o el que se lleva con ilusión y con ánimo porque es la manera de construir, de vivir con la satisfacción del deber cumplido, de sentirse apoyado y apoyarse, etc.

Hay quien vive su matrimonio como una carga que no tiene más remedio que soportar (en el mejor de los casos), y hay quien descubre en el matrimonio el tesoro de vivir una vida plena, llena, con sentido, gratificante, que te eleva a Dios: Construyen juntos, apoyándose en las diferencias de uno y otro, se consideran mutuamente como un don de Dios, saben que no se aman con su amor sino que tienen que poner al Señor en medio de ellos para que les una, dan vida a su alrededor desde esta comunión, crecen cada día enseñándose y animándose mutuamente, sus cargas se hacen más livianas porque se animan entre ellos y las llevan juntos…

Vivirlo así, solo depende de vuestra decisión. Entonces, el yugo de esposos, como el de Cristo Esposo, se vuelve apetecible, ya no se entiende la vida sin él.

Alabado sea el Señor, que comparte su yugo con nosotros.

Oramos por el sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

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