En clave de fe. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 21, 5-11

EVANGELIO
No quedará piedra sobre piedra

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra caliza y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
-«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «Está llegando el tiempo»; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».

Palabra del Señor.

En clave de fe.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Hoy Jesús nos habla que sucederá cosas duras antes de Su llegada: Guerras, pestes, hambres, grandes terremotos, fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo, pero dice el fin no será en seguida.

Estamos en ese tiempo de espera, pero ¿cómo lo vivimos? Jesús nos dirige la mirada a lo importante que es no dejarnos engañar por falsos profetas que pretenden paralizarnos por el miedo y quiere que vivamos la espera como tiempo de perseverancia en la fe, esperanza y caridad.

En otro pasaje que habla también sobre Su regreso, me pregunta si encontrará fe en la tierra. Ésta es la clave, la fe y ¿acaso puede haber esperanza y caridad donde no hay fe?
En todo el Evangelio vemos cómo hace muchos signos, curaciones, resucita a muertos… Su objetivo, movido por la compasión, más allá de solucionar un problema temporal, consiste en que esos signos nos lleven a creer. Jesús quiere nuestra salvación eterna. A nosotros lo carnal nos preocupa mucho, las enfermedades, el sufrimiento… Parece que está prohibido sufrir. Pero todo eso es caduco. Es sufrimiento acabará. Lo importante es que al final seremos juzgados de amor.

¿Cómo he vivido mi matrimonio? Vivo sacudido y a la merced de todo tipo de conflictos-guerras, hambre de caricias y “tequieros”, terremotos donde veo mi matrimonio tambalearse y el amor se resquebraja… O construyo sobre Roca. ¿Vivo tranquilo por la fe a pesar de las circunstancias difíciles? ¿Cultivo la fe para alcanzar, la esperanza y la caridad?

Muchos preguntan ¿Por qué un esposo debe ser siempre fiel al otro? En todas las circunstancias… Las dudas llegan en las situaciones críticas: El que es abandonado por su esposo ¿Por qué tiene que mantenerse fiel si no ha sido su culpa? ¿No tiene derecho a tener otra relación que satisfaga su necesidad de amor y compañía? La razón última del deber del amor fiel es la que está en la base de la alianza divina con el hombre: ¡Dios es fiel!

Sí, y no me lo acabo de creer. La base de mi fidelidad es que Dios es fiel, y si yo soy fiel, Él no me defraudará. ¡Seguro! Y satisfará mis necesidades más profundas. ¿Sufriré? Sí, pero amando y siendo infinitamente más amado por Dios.

Madre de Fátima:
Modelo de fe, esperanza y caridad. Tú prometiste que al final de la gran batalla espiritual que tendríamos que vivir, Tu Corazón Inmaculado triunfará. La victoria de la gracia sobre el pecado, la victoria de la santidad sobre la corrupción. A ti nos consagramos, a Tu Sagrado Corazón. Reina de la familia, ruega por nosotros.

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