Archivo por días: 14 marzo, 2018

Las comparaciones son amorosas. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Juan 5, 17-30

EVANGELIO

Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere
Lectura del santo Evangelio según san Juan 5, 17-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».
Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios.
Jesús tomó la palabra y les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro.
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio. para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.
En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán.
Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre.
No os sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio.
Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió».

Palabra del Señor.

Nota: Próximas misiones

  • Anuncio en Madrid: 6 de abril a las 21:15 Parroquia San Josemaría (Aravaca)
  • Anuncio en Madrid: 7 de abril a las 18h Parroquia de San Antonio
  • 1ª catequesis en Sevilla: Para nuevos grupos. Día 13 de abril, a última hora de la tarde. Parroquia San Juan Pablo II
  • Anuncio en Mallorca: 20 y 21 de abril de 20 a 21 horas.
  • Retiro en Sevilla: 4 de mayo (a las 18;30) al 6 de mayo (a las 17:30). Casa de Betania C/ Mayor s/n San Juan de Aznalfarache(No se ha abierto aún la convocatoria. Os mantendremos informados).
  • Retiro en Madrid: 8, 9 y 10 de junio.
  • Retiro en Córdoba: 29 y 30 de junio y 1 de julio.

Las comparaciones son amorosas.

Esposos, ha llegado la hora de la verdad. Fuimos creados para ser imagen del amor que existe entre el Padre y el Hijo en el Espíritu Santo ¿No? Toda mi dignidad, mis dones, mi esposo y todo lo material que se me ha dado, tiene como objetivo esa que es mi misión: Hacernos uno como Ellos son uno. Bien, pues vamos a ver si estoy respondiendo a mi misión. Para ello, nada mejor que contemplar hoy la relación entre el Padre y el Hijo, tal como nos la describe el mismo Cristo, y vayamos poniéndonos nota.

Aterrizado a la vida matrimonial:

Paula: Pablo, vamos a hacer un examen de conciencia de nuestra relación matrimonial contemplando nuestro modelo, la Santísima Trinidad:

– “El Hijo no puede hacer nada por su cuenta…”: Para toda decisión, el Hijo cuenta con el Padre.
– “El Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo juicio”. O sea, que el padre confía totalmente en el criterio y las valoraciones del Hijo.
– “El que no honra al Hijo, no honra al Padre”. Se reconocen tan unidos, que honrar a uno es honrar al otro, y despreciar a uno es despreciar al otro. Realmente son uno.
– “Quien escucha mi palabra y cree que me envió (el Padre)… no incurre en juicio…” Es decir, que habla el uno en el nombre del otro.
– “Mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. No hay intereses egoístas, sino que el Hijo busca la voluntad del Padre, y por eso no se equivoca.

Pablo: Es decir: Contar el uno con el otro siempre, confiar plenamente en el otro, reconocer que la honra que recibas tú la recibo también yo y viceversa, que cualquiera de los dos habla por los dos; y que ninguno busca su voluntad sino que ambos buscamos la voluntad del otro y así no hay egoísmos. ¡Una pasada! Eso es estar realmente el uno en el otro.
Paula: Seguro que si nos vamos acercando a vivir esa comunión, estaremos cumpliendo la voluntad de Dios de hacernos uno, habremos escuchado su Palabra y viviremos. Alabado sea el Señor, que lo hará posible en nosotros.

Madre,

No hay nada más hermoso que la unión de la Santísima Trinidad. Tú estás contemplándola y participando ya de ella. Tiene que ser de una belleza y una plenitud inmensas. Y lo más impresionante es que Ellos quieren que participemos también de ella. Es Su voluntad. Es la grandeza a la que nos ha destinado el Padre. Alabado sea por siempre.