Archivo por meses: octubre 2016

De raíz. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 12, 54-59

EVANGELIO
Sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 54-59
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente:
«Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: «Va a caer un aguacero», y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: «Va a hacer bochorno», y sucede.
Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?
Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel.
Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el última monedilla».

Palabra del Señor.

Nota: ProyectoAmorConyugal organiza un retiro para matrimonios y familias en Madrid, entre los días 21 y 23 de octubre. Pedimos vuestras oraciones.

De raíz.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Somos muy avispados para unas cosas y se nos pasan grandes obviedades. ¿No nos damos cuenta de que toda la destrucción viene de que hemos sacado a Dios de nuestra vida? Familias que se rompen, corrupción, atentados contra la vida, crisis económica que proviene de una crisis moral…

¿En qué queda la solidaridad, la paz, la igualdad que tanto proclama esta sociedad? Sin Dios, todos estos valores quedan vacíos. No puede haber solidaridad si no hay entrega de sí, no puede haber paz si no se sufre por los demás, no puede haber igualdad si queremos ser los primeros, imponernos, competir, si no somos humildes, si no consideramos que tenemos un mismo Padre.

La mayoría de los matrimonios trabajan sobre las consecuencias: se lamentan si no hay comunicación, si falta el respeto, se ha perdido la confianza, si no somos compatibles, etc. Y somos muy avispados a la hora de encontrar la solución: “Si mi esposo cambiara…”. No queremos mirar a la Verdad, que es Cristo. La verdad no está en la superficie, en lo superfluo. ¿No es de hipócritas creer que lo sabemos todo y no saber interpretar lo que pasa en el corazón del esposo?.

Lo hermoso de San Juan Pablo II, es que él fue en busca de los fundamentos: A estudiar las raíces del hombre y del matrimonio, cual es el plan de Dios… Y encontrar en Cristo la re-creación de todo y la revelación de la Verdad. En las reuniones de matrimonios de Proyecto Amor Conyugal, seguimos el itinerario que desarrolló San Juan Pablo II, porque es la manera de adentrarse en las profundidades. Desde ahí, entenderemos también las consecuencias de no vivir esa verdad (la cárcel de la que habla Cristo) y las consecuencias de vivirla, la comunión.

Interpretemos el porqué de nuestro cuerpo, por qué fuimos creados hombre y mujer, por qué diferentes, por qué nos asemejamos a Dios y no a los animales, cuál es el origen de nuestra dignidad, para qué nos dio poder Dios, hasta dónde nuestra Esperanza como esposos, quién es Dios y por qué nos creó, cuál fue el origen del desorden del pecado, qué consecuencias trajo para el matrimonio, cómo nos influye que Dios se haya hecho carne… El hombre ha sido creado para amar, pero no con cualquier tipo de amor, sino con un amor de comunión a imagen de la comunión que Dios vive en Sí mismo. Todos los dones que hemos recibido, son para este fin, todos. Si no estamos avanzando en este camino ¿De verdad no sabemos por qué no nos sentimos bien?.

¡Hagamos lo posible por llegar a esa comunión con el esposo! ¡Todo!. No creamos saber tanto y aprendamos sobre él/ella, sobre nuestra relación, encontremos a Dios en él/ella. Esposos: Aprendamos, recemos, lloremos, trabajemos, luchemos, renunciemos, convirtámonos, perdonemos… dediquemos todo nuestro esfuerzo. Todo para descubrir el tesoro, sanar nuestra raíz y así amarnos, amarnos, amarnos.

Madre:
Nos alegra muchísimo saber que estamos en Tus manos, que estás a nuestro lado. Sigue guiándonos, Madre, en Ti confiamos. Amén.

Esposos incandescentes. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 12, 49-53

EVANGELIO
No he venido a traer paz, sino división

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división.
Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

Palabra del Señor.

Nota: ProyectoAmorConyugal organiza un retiro para matrimonios y familias en Madrid, entre los días 21 y 23 de octubre. Pedimos vuestras oraciones.

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Esposos incandescentes.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

(CIC 696) ‘Mientras que el agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la Vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo’.

El Espíritu es como fuego, y por tanto, incompatible con la tibieza. Prueba de ello es que se dice en el Apocalipsis: Te vomitaré porque no eres ni frío ni caliente.

El Espíritu del Señor actúa como el fuego sobre un tronco. Es difícil prenderlo si ha estado a la intemperie, muy a la merced del ambiente, porque la madera queda empapada y no arde. Lo mismo yo, si me dejo empapar por el ambiente. La madera necesita estar seca y rodeada de calor. Por eso, la familia es el lugar natural de evangelización, el calor de un hogar incandescente prende los corazones. Lo hemos visto en los padres de Santa Teresita de Lisieux: Esposos Santos, cuyos cinco hijos se consagraron a Dios y todos ellos se encuentran como mínimo en proceso de beatificación.

Ante la indiferencia de la fe de muchos o la tibieza, el cristiano coherente, está llamado a ser «signo de contradicción» como Jesús. Él fue piedra de tropiezo para muchos. El discípulo de Jesús, fiel y coherente, tiene que estar dispuesto a sufrir la contradicción constante de un mundo incoherente, carente de Verdad y de Amor.

También en nuestras propias familias, donde hay miembros instalados en la tibieza, inmersos en una vida diferente, con prioridades diferentes, más pronto o más tarde, el cristiano puede provocar rechazo, conflictos y en última instancia división. No porque Dios lo quiera, sino porque simplemente ocurre. Es el cumplimiento de la bienaventuranza proclamada por el mismo Jesús: Dichosos cuando os injurien y os persigan, y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa.

Pero Cristo quiere que me convierta en fuego, en brasas. Y la madera al principio se resiste a arder: Pita mientras expulsa el aire, prende más por un lado y queda intacta por otro… hasta que finalmente, se deja invadir por el fuego. Así será según mi respuesta al Espíritu.

El matrimonio es un camino espiritual, y como tal, requiere de todo este proceso. En mi relación con mi esposo, debería dejarme, dejar que el Espíritu me inflame, aunque duela. Dejarme influir por mi esposo, tenemos mucho que aprender el uno del otro. Salir de mi mismo en esas faltas de acuerdo, en ese hacer por él/ella lo que no me gusta, en sus incomprensiones… hasta que el Fuego que reside en mí, purifique mis egoísmos, vanidades y soberbia. “¡Y qué angustia hasta que se cumpla!”.

Madre:
Quiero dejar de ser madera y hacerme fuego, hazme brasas. Deseo colaborar con a dar calor en la hoguera del hogar, para que prenda también ese Fuego en nuestros hijos. Que el Espíritu del Señor nos transforme en Él. Y ¡ya quisiera el Señor que estuviéramos ardiendo!. Dos esposos, que se transforman en dos llamas, que cuando se acercan, se hacen totalmente una sola. Alabado sea el Señor, que lo hace posible.

Administradores de mucho. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 12, 39-48

EVANGELIO
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 39-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Pedro le preguntó:
-«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».
Y el Señor le dijo:
« ¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad
os digo lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si aquel criado dijere para sus adentros: «Mi señor tarda en llegar», y empieza a pegarles a los criados y a criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.
El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá pocos.
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más se le pedirá».

Palabra del Señor.

Nota: ProyectoAmorConyugal organiza un retiro para matrimonios y familias en Madrid, entre los días 21 y 23 de octubre. Pedimos vuestras oraciones.

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Administradores de mucho.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Somos dueños de nada, pero administradores de mucho. Tanto, que nos supera.

El hecho de que por nuestro sacramento matrimonial Dios me haya hecho ministro de Su Gracia para mi esposo, es mucho delegar. Si añadimos la responsabilidad que tenemos ante nuestros hijos administrando la Paternidad de Dios y la responsabilidad ante tantos matrimonios con problemas como hay a nuestro alrededor, tanta gente que sufre porque no les hemos hablado de Dios, de su Reino y de su voluntad.

Pero volviendo a nuestra responsabilidad primera, que es nuestro matrimonio, el problema es que nuestro amor es posesivo: Te quiero para mí. Y si no me das lo que espero o lo que creo que merezco, en mi respuesta habrá represalias. Sí, aunque me cueste aceptarlo, te quiero para mí.

El Señor hoy me dice que me ha hecho administrador de sus bienes, ¡no dueño!. Quizás me esté apropiando de las cosas de Dios.

Él espera encontrarme entregando Su ración a mi esposo. No lo que según mis emociones y mi estado de ánimo me apetezca darle, sino la ración de Dios, y ésa es siempre sobreabundante.

Si Dios no me encuentra así, sabiendo como sé lo que me ha encargado (que sea buen esposo), recibiré muchos azotes: Soledad, tristeza, miedos, depresiones, angustias, ansiedad, estrés… Los mismos males que «azotan» a la sociedad en que vivimos.

Entonces ¿Cuál es la ración que Dios quiere para mi esposo? Comprensión, misericordia, compasión, ternura, alegría…

¡Vamos esposos administradores! Tenemos una ración que repartir hoy.

Madre:
Qué buena cosa es recordar siempre que Dios es mi único espectador. Todo lo hago por Él. Sólo me importa Su juicio. Tener presente a Dios en cada momento y preguntarme ¿Cómo me encontraría el Señor en este momento? Señor, ten misericordia de mí. Amén.

Consigue tu paz y reparte Su amor. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 10, 1-9

EVANGELIO
La mies es abundante y los obreros pocos

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa». Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el reino de Dios»».

Palabra del Señor.

Nota: ProyectoAmorConyugal organiza un retiro para matrimonios y familias en Madrid, entre los días 21 y 23 de octubre. Pedimos vuestras oraciones.

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Consigue tu paz y reparte Su amor.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Hoy Señor, inflamas nuestros corazones y nos envías a este Proyecto de Amor. Un proyecto misionero de María para el matrimonio y la familia. Nos envías de dos en dos: Los esposos. Para que llevemos tu paz y anunciemos que Tu Reino está cerca. Está tan cerca que podemos empezar a vivirlo ya aquí. ¡Es real! Estás muy vivo y te experimentamos constantemente entre nosotros.

Nos envías a llevar la misma paz que le trajiste a los apóstoles después de Tu resurrección. Una paz que solo puede vivirse cuando te has entregado (como Tú en la cruz), por amor, unidos a Ti. Una paz que se experimenta estando en intimidad contigo y con las llagas en las manos de trabajar y en los pies, de caminar y servir a nuestros esposos y nuestra familia, pero sobre todo, la llaga del costado, la del corazón. La de abrir mi interior, la de no dejarse llevar por las emociones, la de entregar el corazón en lugar de protegerlo… Las llagas de habernos entregado al esposo.

Nos mandas de dos en dos, para ser luz y con el anuncio, demos testimonio de comunión. Uno solo no puede. En aquel tiempo la gente al veros exclamaban: mirad cómo se Aman. Pues así tiene que suceder hoy en el matrimonio. Nos mandas donde piensas ir Tú, Señor. No nos cabe duda, de que no es casualidad que pongas personas en nuestro camino.

Hay tantas personas perdidas, que equivocan la ruta, otras sufriendo y otras paralizadas por la frialdad, que no se mueven ya por nada y se han hecho insensibles al amor, al verdadero amor ¡Hay tantas necesidades!

Pero difícilmente podremos repartir Su amor, si previamente no nos hemos llenado de Él. Primero tenemos que conseguir nuestra paz, siendo fieles a nuestra vocación matrimonial como hijos de Dios. Desde esa paz que da estar haciendo aquello para lo que hemos sido creados, el Espíritu irá transformando nuestro amor en el Amor de Cristo, que se desborda, que nos sobrepasa y se expande a nuestro alrededor. Es entonces cuando estaremos repartiendo Su amor, el verdadero, el que sana y expulsa demonios.

Te pedimos Padre que envíes obreros a Tu Proyecto de Amor. Matrimonios que quieran construir sobre roca y luego anunciar la verdad del amor conyugal, sobre la que se puede construir una vida… Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

40 días de esfuerzo. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 12, 13-21

EVANGELIO
¿De quién será lo que has preparado?

Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:
«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».
Él le dijo:
-«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».
Y les dijo:
-«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:
«Las tierras de un hombre produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:
«¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha».
Y se dijo:
«Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente»
Pero Dios le dijo:
«Necio, esta noche te van a reclamar el alma, ¿de quién será lo que has preparado?»
Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

Palabra del Señor.

Nota: ProyectoAmorConyugal organiza un retiro para matrimonios y familias en Madrid, entre los días 21 y 23 de octubre. Pedimos vuestras oraciones.

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40 días de esfuerzo.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Todos atesoramos algo ¿Qué atesoro yo? Podrían ser contactos, fama, reputación, hijos competitivos, dinero, poder, comodidades, viajes, experiencias diferentes, estética física, colecciones, buena imagen, amigos, lazos familiares…

Hoy, preparando el retiro de matrimonios del próximo fin de semana, veíamos unos vídeos de la película Prueba de Fuego. Recordáis que en ella, el padre del marido le propone 40 días de esfuerzo para recuperar a su esposa. Un día no decirle nada negativo, otro día un gesto cariñoso, comprarle un detalle, estudiar sus gustos, entrega aunque ella no lo reconozca, otro día tirar aquello que le tenía enganchado, otro día dar hasta que duela comprando aquello tan caro que necesitaba la madre de ella… Cada paso que daba, le costaba mucho, suponía un gran esfuerzo, pero ese hombre estaba atesorando amor, y si atesoro amor, estoy atesorando tesoros en el cielo, que permanecen para siempre.

Madre:
¡Ayúdame!. De una vez por todas, no quiero dejar que me arrastren las cosas de este mundo. Invertiré en convertir nuestro amor conyugal en Caridad Conyugal. Para eso he sido creado. Alabado sea el Señor por tanto como me ha dado y la paciencia que tiene conmigo. Bendito sea.