Archivo por días: 5 diciembre, 2015

Mucho para enderezar. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 3, 1-6

EVANGELIO
Todos verán la salvación de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas 3, 1-6
En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
«Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.»

Palabra del Señor.

Mucho para enderezar.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

La relación de Dios con el hombre es una relación de amor. No siempre va bien, y en todos los casos no es Dios el que falla, sino el hombre. El Amante no es acogido por el amado y por tanto, no hay relación. En Adviento esperamos la venida del Amante y o nos preparamos adecuadamente para acogerle o no entrará en nuestros hogares.

Su venida es tan real, como que Lucas se esfuerza en dar datos históricos sobre la fecha exacta, datos que se pueden cotejar. Hay un momento en la historia del ser humano, un año concreto, en que Dios viene al mundo, esto es real.

También esta venida se produce en un momento concreto de nuestras vidas. Ahora nos corresponde volver a prepararnos para Su venida: En nuestro matrimonio hay aún muchas cosas que necesitan enderezarse. Pues que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale, preparando el camino al Señor. Ante Él, todo se ajusta a la verdad.

Por tanto ¿Cómo prepararnos para Su venida? No nos planteemos sacrificios inútiles y absurdos, hagamos bien aquello para lo que hemos sido creados, ser esposos. El esfuerzo consistirá en intentar comprenderle ¿Qué os parece? Tratemos a nuestro esposo como si fuera el mismo Cristo, para que cuando venga, nos encuentre como a aquellos administradores fieles a los que su Señor encomendó una misión, y cuando llegó los encontró haciendo lo que tenían que hacer. Viene el Salvador, es impresionante. Es un tiempo para vivir en profundidad la experiencia de la soledad originaria que nos hablaba San Juan Pablo II, cuando el hombre se sentía tremendamente amado por Dios y necesitaba responder a ese amor con un amor de comunión que aún no era posible.

Oración:
Madre, Tú supiste prepararte para Su venida. Tu corazón estaba listo para recibir al Salvador. Prepara el nuestro, danos esas mismas ansias con las que esperabas Su llegada, para que las demostremos nosotros en nuestro amor de esposos que esperan al Esposo.

Llevar una buena noticia. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 9, 35-10, 1. 6-8

EVANGELIO
Al ver a las gentes, se compadecía de ellas

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 35-10, 1. 6-8
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
– «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»
Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
A estos doce los envió con estas instrucciones:
– «Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.
Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»

Palabra del Señor.

Llevar una buena noticia.
(Nota: Se hace uso genérico del masculino para designar la clase sin distinción de sexos.)

Hoy Jesús nos habla de la misión. Jesús era misionero, iba de aldea en aldea, a todas las que podía. Nuestra labor, ya lo dice el Papa Francisco, no puede ser esperar a que vengan a nosotros. Tenemos que salir, ir a las casas de la gente, participar de sus vidas.

Debemos comunicar algo grande que hemos recibido gratis. Si hablamos del evangelio del matrimonio y no hablamos de una buena noticia, ¿no estaremos equivocando el mensaje? Pero claro, si no vivimos el matrimonio como una buena noticia ¿De qué vamos a hablar? ¿Cómo lo vamos a defender apoyándonos en la realidad de la vida? ¿Argumentamos o enamoramos?

El matrimonio no es una buena noticia porque no se pueda uno divorciar, ni tampoco porque haya que exigir un respeto entre los esposos o porque se pacte un reparto de las tareas del hogar, o porque mande ella o mande él y lo digamos con una risita cómplice con otra persona del mismo sexo. Todo esto echa para atrás, o al menos, no alienta.

El matrimonio es una buena noticia porque me permite salir de mí y descubrir nuevas maneras de ver y entender la vida. Es buena noticia porque me enriquezco con los dones del esposo, porque construimos un intimidad en común donde podemos ser quienes somos y contárnoslo todo, porque al final todo nuestro día se remata con ese momento esperado del “por fin solos”, porque a donde no llegas tú llego yo y adonde no llego yo llegas tú, es encontrarse con aquel que es parte de mí, es haber dado vida juntos (ese milagro), es obedecernos voluntariamente para no equivocarnos, es tomar conciencia una y otra vez que eres la única persona de este mundo que libremente te has comprometido conmigo para toda la vida, etc, etc, etc.

Tenemos mucho que vivir juntos y muchas buenas noticias que dar sobre el matrimonio.

Oración:
Madre, guíanos hacia la belleza de nuestra vocación. Que descubramos el inmenso don que nos entregó el Padre, un tesoro por el que merece la pena vivir y dar la vida.