Archivo por días: 19 noviembre, 2014

No vieron que su vocación les conducía a la paz. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 19, 41-44

EVANGELIO
¡Si comprendieras lo que conduce a la paz!

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 41-44
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando:
-« ¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz!
Pero no: está escondido a tus ojos.
Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra.
Porque no reconociste el momento de mi venida.»

Palabra del Señor.

No vieron que su vocación les conducía a la paz.

Es escalofriante. Cuántas veces hemos vivido esta experiencia con varios matrimonios. Les hemos visto autodestruirse. No ponían interés en su relación y por más que veíamos que estaban avocados a la destrucción e intentábamos animarlos a luchar, a buscar la verdad, a ilusionarse con su vocación; no reaccionaban. Una y otra vez. Se dejaban arrastrar por la vida y no le abrían la puerta a Dios que llamaba. Vino la luz a ellos y la rechazaron.

Durante un tiempo nos preocupaba que el Pontificio Consejo para la Familia dice que el matrimonio requiere de un camino de fe y de formación permanente y específico, y que ese itinerario no está definido. Está por hacer.

Hoy nos damos cuenta de que el problema no es tanto no conocer ese itinerario, sino no responder, no buscar, no luchar. Les poníamos ejercicios, oración juntos, sacramentos… y no se ocupaban de hacerlo.

Al final ocurre lo que dice Cristo: Con lágrimas en los ojos muchas veces, les recordamos. Sus enemigos: Orgullo, vanidad, pereza… no poner a Cristo y su matrimonio en primer lugar…, les han ido sitiando. Cada vez el cerco les iba apretando, se iba intensificando el dolor, y al final les han arrasado y se han llevado por delante también la alegría de sus hijos. No ha quedado nada. El Señor nos había enviado a ayudarles y no lo reconocieron.

Lo que conducía a su paz, estaba oculto a sus ojos.

Si tu matrimonio no va a mejor cada día, ¡Da la voz de alarma! ¡Pide ayuda! No tengáis vergüenza. Aunque no te lo parezca, la destrucción va a más y al final no deja piedra sobre piedra.

Pedimos a María, impulsora de este Proyecto de Amor Conyugal, que nos lleve a donde nos necesite y que abra los ojos de los matrimonios para que vean su verdad, la verdad de su hermosísima y riquísima vocación.

Oramos por los frutos del sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

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