Archivo por días: 4 octubre, 2014

Los frutos de la recolecta de hoy. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Mateo 21, 33-43

EVANGELIO
Arrendará la viña a otros labradores

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 33-43
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
-«Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: «Tendrán respeto a mi hijo.»
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: «Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia.»
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»
Le contestaron:
-«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.»
Y Jesús les dice:
-«¿No habéis leído nunca en la Escritura: «La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente»?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.»

Palabra del Señor.

Los frutos de la recolecta de hoy.

Según el Catecismo, en el número 755, la viña se refiere a la Iglesia. “El labrador de cielo la plantó como viña selecta”. Nosotros centramos nuestro comentario para matrimonios en la “Iglesia Doméstica” que es la familia.

¿Qué estoy haciendo yo con la Viña del Señor? Mi esposo/a, mis hijos… ¿La trabajo para darle frutos? ¿Cultivo el amor en ellos y por ellos? O en muchos momentos de mi día rechazo Su Evangelio y rechazo Su Sacrificio por mí, o lo desprecio… no trabajando para Él, sino para mí mismo. Cada noche, Jesús espera recoger los frutos para llevárselos al dueño de la Viña. ¿Qué frutos tengo hoy para darle? ¿Qué merecería que hiciese conmigo? ¿He sido el homicida que ha apaleado al esposo (genérico) que me ha enviado el dueño de la viña?.
Ten piedad de mí Señor, que en Tus manos he puesto Tu Viña, pues yo soy un/a pobre e inútil labrador/a. No me quites Tu Reino y aumenta los frutos, no para mi disfrute, sino para comunicar la gloria del Padre.

Aunque el «Hijo» correrá la misma suerte, que los profetas, el «Amo» no abandonará la Viña. Tú Dios mío no nos abandonarás. Gracias Jesús por dar Tu Vida por nosotros. Nuestra vida está en Tus manos, confiamos en Ti.

Tú Señor, eres la «piedra angular» que, con Tu muerte y resurrección, traes un nuevo comienzo.

Oramos con el Papa por el sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/

Una alegría mayor que la que da vencer al mal. Comentario del Evangelio para Matrimonios: Lucas 10, 17-24

Una alegría mayor que la que da vencer al mal.

Es habitual, que haya entre cristianos conversaciones derrotistas sobre lo mal que está todo. El divorcio se considera normal, el aborto está más que asumido y aceptado, etc. Podría dar miedo traer niños a este mundo o el futuro de los que ya tenemos. ¿Y si…?.

Pero hoy el Señor nos recuerda que Satanás está vencido. Si vamos en su nombre no tenemos que tener miedo. Y por el contrario, deberíamos tener muchísimo miedo si dejamos de vivir en Su nombre: Si no nos sacrificamos en Su nombre, si no educamos en Su nombre, si no nos unimos los esposos en Su nombre, si no nos obedecemos mutuamente en Su nombre, si no trabajamos en Su nombre…

Caer es normal. Nos confesamos, pedimos perdón y nos levantamos para seguir luchando. El problema es no vivir en Su nombre.

Solo los pequeños, los humildes, descubren que no pueden nada sin Él y por eso recurren a Él para todo. A ellos se revela la verdad, porque están dispuestos a acoger la revelación.

Incorporamos aquí una referencia de San Juan Pablo II a la unión conyugal de Tobías y Sara, como ejemplo de unos esposos que viven su matrimonio en nombre de Dios. Ante la muerte que simboliza el pecado, responden sin miedo aclamando a Dios:

“Sara, hija de Raguel, con anterioridad había «sido dada a siete maridos» (Tob 6, 13), pero todos murieron antes de unirse a ella. Esto había acaecido por obra del espíritu maligno y también el joven Tobías tenía razones para temer una muerte análoga.

De este modo, el amor de Tobías debía afrontar desde el primer momento la prueba de la vida y de la muerte. Las palabras sobre el amor «fuerte como la muerte», que pronuncian los esposos del Cantar de los Cantares en el trasporte del corazón, asumen aquí el carácter de una prueba real. Si el amor se muestra fuerte como la muerte, esto sucede sobre todo en el sentido de que Tobías y, juntamente con él, Sara van sin titubear hacia esta prueba. Pero en esta prueba de la vida y de la muerte vence la vida, porque, durante la prueba de la primera noche de bodas, el amor, sostenido por la oración, se manifiesta más fuerte que la muerte.” (Catequesis 27/06/84)

Tobías y Sara van sin titubear a la prueba de la vida y la muerte, porque durante la prueba, el amor sostenido por la oración se manifiesta más fuerte que la muerte.

Cuando un matrimonio inicia su camino de santidad hacia el Padre, rezando juntos, con los sacramentos… Nota cómo las fuerzas demoníacas quedan debilitadas en su hogar: los demonios se someten al poder del nombre de Jesús. Pero este convencimiento no puede ser el fundamento de nuestra alegría y del entusiasmo misionero; la alegría tiene sus raíces profundas en el hecho de ser conocidos y amados por Dios.

Oramos por el sínodo de la familia:
http://proyectoamorconyugal.wordpress.com/2014/09/30/oracion-a-la-santa-familia/